'Only in America'

SERGIO RAMÍREZ

ESCRITOR

Nicaragua se vio honrada hace poco con la visita de Don King, recibido con honores de estado que incluyeron una abundante escolta policial. Es un personaje que parece sacado de los viejos álbumes de Phineas Taylor Barnum, empresario de "El museo de los seres increíbles", que luego dio paso al Circo Barnum, y creador de esa idea de Estados Unidos como una galería de rarezas dignas de ser exhibidas, sirenas disecadas, enanos de medio metro, mujeres barbudas, siameses bailarines, y como Don King, promotores de boxeo con el pelo parado, como si nunca terminaran de salir del susto que les causa la idea de caer del pedestal de barro de su propia grandeza.

Del aeropuerto lo llevaron a exhibirse en una tarima instalada al paso de la diminuta imagen de Santo Domingo Guzmán, cuya fiesta patronal celebraba la ciudad de Managua ese día, y mientras el santo era zarandeado en su peana enflorada como todos los años, en medio de un ambiente de carnaval, que no quita nada a la devoción, Don King empuñaba con una mano una banderita del partido en el poder, y con la otra enseñaba dos dedos, porque el número dos es el número de la casilla electoral del partido en el poder. Es que estamos en campaña electoral. Un colorido acto de proselitismo político en una procesión religiosa, para nada extraño tratándose de él. Qué no haría por hacer crecer su hato de becerros de oro, ahora tan disminuido.

Además de su proverbial cabello erizado de susto, hebra por hebra, lucía su típico atuendo circense, una chaqueta que a primera vista parece estampada con un cielo celeste de nubes blancas, adornado con estrellas muy gordas, pero que al final del examen uno descubre, al fijarse en las barras rojas que adornan los faldones, que se trata de la bandera de Estados Unidos, en la que también hay medallones con su propio retrato. "Only in America" alguien puede vestirse así, sin contar con la corbata, cuyo escrutinio me parece más complicado, llena de símbolos que lucen como sellos, o escudos, pero me estorba la tarea la escultura que cuelga de su cuello, y que parece ser una reproducción en miniatura de la Estatua de la Libertad, con su pedestal y todo.

No cabe duda. Tiene los méritos suficientes para ser parte de ese museo de los seres increíbles, que es mucho más que el Salón de la Fama del deporte del boxeo, al que se ha dedicado toda la vida montando peleas en los escenarios más extraños, y más rentables. Baste mencionar la del año 1974, por el...

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