Orejas

MAYRA MONTERO

ESCRITORA

A condición de que cumpliera con no sé cuántas encomiendas, le permitieron permanecer en el puesto, pero aparte de la refriega en público y de que le pusieran plazos, el tono que usaron sus jueces fue devastador. Y encima, estuvieron reunidos durante cinco horas para consumar la farsa. Si no fuera porque dependemos todos de la Autoridad, y porque mensualmente les pagamos una abominable suma, resultaría hasta cómico.

La parte más hilarante del sainete fue aquélla donde le advirtieron a Otoniel Cruz que no se atreviera a utilizar carro y chofer para acudir a actividades políticas, ¡todavía hay que advertírselo! Me hubiera gustado ver por un huequito la cara que se le ponía al pensar que a la próxima fiesta de recaudación de fondos, tendrá que presentarse en bicicleta.

Por otro lado, ¿cómo se le ocurre a esa Junta de Directores dejar en su cargo a un individuo al que tienen que leerle la cartilla como si fuera un escolar? Eso no es serio. ¿En qué papel quedamos todos? Queda mal Otoniel Cruz y queda mal la Junta, que estuvo cinco horas enterrándole alfileres. Al final, fabricaron una especie de Galileo Galilei (salvando las distancias) que traga pero que no traga: la tierra es redonda y la luz no va a bajar ni a puñetazos.

Pero principalmente quedamos mal nosotros. Atónitos con el espectáculo. Primero nos aseguran que no habrá forma de bajar la luz en los próximos dos años. La historia es tan predecible como que las elecciones están a la vuelta de la esquina. Entonces obligan a Galileo a que se retracte, y el próximo capítulo es patético. Otoniel Cruz se queda, pero lo masacran. Simultáneamente, nos prometen que la luz bajará en los próximos dos meses, a tiempo para contentarnos en noviembre. La volverán a subir en enero, nadie lo dude, y nosotros sólo sabremos que hay intermediarios que se están llenando los bolsillos; bonos de productividad que reparten entre los favoritos, cual si fueran chiringas, y chiringas que vuelan cantando las ventajas del gasoducto.

Aún no he podido verlas, pero me dicen que llegaron a fabricar chiringas con propaganda alusiva a la Vía Verde. Y también vasos plásticos. El espíritu ecológico de los publicistas que gestaron la idea les palpita en las nalgas. Para promocionar un gasoducto que ellos intentan que aceptemos como un proyecto amigable con el ambiente, lo único que se les ocurre es fabricar chiringas y vasos plásticos. Más mierda para los vertederos. Pudieron haber regalado objetos de...

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