Orgulloso y elegante

Por Mari Carmen Schell

El Castillo Serrallés se levanta orgulloso y elegante sobre las colinas del Vigía. Desde allí como león en vela, observa las actividades de Ponce, en especial las de la Central Mercedita, que era el ingenio de azúcar de sus dueños, la Familia Serrallés.

Desde sus terrazas, pueden observarse los cuatro puntos cardinales, mientras que a través de cualquiera de los enormes ventanales de la mansión, se puede atisbar el sur donde quedan las serenas aguas azules del mar Caribe y el pujante negocio familiar, que fue el motor de la economía ponceña de una era.

"Los Serrallés la conocían como la casa del Vigía, y la usaban seis meses del año durante la época de zafra", explicó Frances Toruella de Alustiza, vicepresidenta de la...

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