ORIGINALIDAD VERSUS REFRITOS

Por Patricia Vargas Casiano

pvargas@elnuevodia.com

Como en Hollywood, que por años se ha venido hablando de la falta de originalidad y la preferencia de los productores por la apuesta "segura", la industria latinoamericana de telenovelas parece llevar el mismo pensamiento: con una historia ganadora, refrescada con caras y referencias nuevas, no se puede fallar.

En un principio lo que buscaban las cadenas era repetir la fórmula ganadora por el éxito tan grande que tuvieron algunas de sus historias, y las noveleras lo tomaron como un viaje a la nostalgia con caras frescas.

Sin embargo, las muchas fanáticas de novelas, que comenzaron a ver esos dramones desde muy niñas por sus madres son más exigentes y no se conforman con un cambio de nombres de los personajes y unas situaciones agregadas que a veces no concuerdan con el sentido de la trama.

"Yo me disfruté 'Betty la fea', la original, pero cuando hicieron la mexicana y metieron a José José como el papá se notaba que fue un bolito que le dieron que le restaba. Además, para tratar de mantener las situaciones cómicas terminaron por hacer una parodia", dijo Wanda P. González a través de elnuevodia.com.

Actualmente, son los mercados de Miami y México los que más adaptaciones realizan, mientras Colombia, Brasil y Chile los que se arriesgan apostando al poder de la originalidad. Precisamente a sus conceptos nuevos les echan un ojo los primeros dos mercados.

Por ejemplo, "La que no podía amar" (que se emite en la Isla por Univision) es un refrito que se ha grabado cuatro veces. La trama, original de Delia Fiallo, se realizó por primera vez como radionovela; y después se grabó como telenovela bajo el título de "Monte Calvario" y luego como "Te sigo amando".

La novedad de la última versión es que al final, la protagonista se queda con el malo de la trama y no con el bueno, como en el guión original. Además, integraron un personaje, el de "Bruno" -interpretado por Julián Gil- que no existía.

"Personificar nuevos personajes en remakes como en 'La que no podía amar' como 'Bruno' y como 'Ulises' en 'Sortilegio' ha sido una bendición para mí, porque han venido a inyectarle algo fresco que no existía en ninguna de las versiones anteriores. Estoy de acuerdo que sigan repitiendo historias porque les asegura el éxito a los productores", dijo el actor.

A Gil le benefició también el que, al cambiar el final y que "Rogelio" (Jorge Salinas) se convierta en bueno, su personaje quedó con la supremacía del malvado.

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