La orquesta completa

SERGIO RAMÍREZ

ESCRITOR

La orquesta completa tiene que ver con la América Latina en su conjunto, sus carencias y desigualdades, las propuestas de transformación y las duras realidades que sobreviven tercamente. Y tiene que ver también con los discursos oficiales, no pocas veces llenos de frases rimbombantes y mentirosas y de cifras infladas, sobre todo ahora que el populismo redentor se halla de moda. Para tener una buena orquesta primero hay que preparar a los músicos. No hay buenas orquestas con músicos que tocan de oído, o desconocen los instrumentos que tienen en sus manos.

El término orquesta completa no representa para mí una condena, sino una aspiración. ¿Cuántos Rubén Darío se han quedado de macheteros en el campo?, se preguntaba a mitad del siglo pasado el pensador nicaragüense Carlos Cuadra Pasos. Es una interrogación inquietante. El talento, que siempre es numeroso en todos los estratos de una población, no puede fructificar en el páramo desolado del analfabetismo, que tantas veces llega a ser orgánico en una sociedad.

Para abrir oportunidades plenas a los talentos creativos en la literatura y en las artes es necesario haber desterrado primero el analfabetismo. Y no se trata de hacer poetas y pintores a todos, porque los artistas serán siempre una minoría, sino de tener ciudadanos sensibles, que respiren una verdadera atmósfera cultural. En una sociedad de lectores constantes que pueden acudir a una biblioteca pública a la vuelta de la esquina, a una sala de teatro o a una galería de arte, habrá ciudadanos más críticos, dueños de ideas diferentes y contrastadas, con menos posibilidades de ser embaucados por esos discursos oficiales que buscan crear patrones únicos de pensamiento y de conducta.

La educación y la cultura son las grandes generadoras de la democracia que sin esos dos pilares básicos se hunde bajo la ignorancia o vive condenada al raquitismo. Pueblo, y no plebe, reclama el poeta nicaragüense Salomón de la Selva: hombres, y no borregos de desfile.

Pero no para allí. Tener una orquesta completa es crear todas las oportunidades posibles en las disciplinas científicas, desde las matemáticas puras a la cibernética, de la biología marina a la medicina y a las cada vez más numerosas especialidades de la ingeniería. Tener juristas, no leguleyos venales. En una orquesta completa hay diversas clases de instrumentos, cada uno dueño de su propio sonido. Mientras más instrumentos y más músicos, mayor resonancia. Y es en el acuerdo...

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