Cuando el Oscar Cantaba y bailaba

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Con un historial de 84 entregas, la gran noche de la industria del cine estadounidense no solo se encarga de evaluar los logros artísticos y técnicos de ese medio durante el año. Parte de la tradición del Oscar dicta que la ceremonia sea el espacio para tributos y poner en perspectiva el talento que los miembros de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas quizás ignoraron en algún momento.

Sin ese espacio, la Academia tendría que vivir con la vergüenza de no haber reconocido las aportaciones al séptimo arte de cineastas como Charlie Chaplin o Alfred Hitchcock. Así que cabe la posibilidad que de aquí a 25 años, después que haya dirigido docenas de filmes, varias nominados como Mejor película, Ben Affleck finalmente suba al podio para ser reconocido por sus aportaciones como director.

Este año, los tributos serán igual de diversos que los filmes nominados en la categoría principal. Los productores de la 85ta. entrega, Craig Zadan y Neil Meron, han confirmado dos tributos: uno a la celebración de los 50 años de James Bond y otro a los musicales de la primera década del siglo 21.

De primera instancia, ambos aparentan estar más que justificados. Skyfall, la aventura número 23 del agente 007, fue uno de los filmes más exitosos del 2012; está destinado a ganar en la categoría de Mejor canción (con el tema homónimo de Adele); debería ganar el de Mejor cinematografía y tiene dos nominaciones adicionales para un total de cinco.

El tributo a los musicales aparenta estar ligado a las ocho nominaciones de Les Misèrables. Sin embargo, ¿hay en realidad suficientes musicales modernos como para merecer este tributo?

En el comunicado de prensa que anunció el tributo, los productores de la ceremonia mencionan que los planes son resaltar las contribuciones al género de Chicago, Dreamgirls y Les Misèrables. De más de 30 musicales que se produjeron para la pantalla grande en esa época, ¿el tributo se va a concentrar en tres? Esto es el equivalente de celebrar la carrera de Gene Kelly mostrando solamente escenas de Xanadu, el desastroso musical de 1980 que marcó la despedida del prodigioso actor y bailarín de la pantalla grande.

Para entender este tributo, primero habría que considerar la trayectoria profesional de los productores a cargo de la ceremonia de esta noche. Siguiendo la larga tradición de Hollywood celebrando a Hollywood, Zadan y Meron se han asegurado un espacio para celebrar su propio...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR