Pa' viejo

JOSÉ CURET

ESCRITOR

Entre ésos tenemos al actual ministro de finanzas y exprimer ministro de Japón, Taro Aso. Ante la difícil situación fiscal de su país, donde más de una cuarta parte de la población sobrepasa los 60 años, el ministro, de 72 años de edad, ha dictaminado: "El problema no se resolverá hasta que (los viejos) acaben de darse prisa y se mueran". En otras palabras, "sayonara a los viejos", como titulara la columnista Carmen Millán uno de sus blogs en la edición digital de El Nuevo Día. También en Francia, años atrás, cuando en medio de un intenso frío invernal muchos ancianos morían, al parecer por falta de calefacción, circuló un rumor: los están congelando para el viaje al otro mundo.

Así, tal cual si fuera una influenza global, las noticias hoy nos presentan el cuadro de una sociedad donde la vejez está al acecho y nos arropa. Las estadísticas no dan lugar a dudas. Aquí mismo en la Isla, ya las pirámides poblacionales comienzan a perfilarse con el contorno de la base (grupos de menos de 30 años) invertido.

Según cifras del censo, mientras la mediana de edad en el 2000 era de 32.1 años, en el 2010 subió a 36.9; y mientras para en el 2000 la población de más de 60 años era sólo de un 15% , en el 2010 ya superaba el 25%; para el 2020 se proyecta una tendencia aún más dramática (según cifras publicadas en línea por el demógrafo Raúl Figueroa Rodríguez). Incluso, varios editoriales publicados recientemente en El Nuevo Día han dado la voz de alerta sobre el mismo asunto, el envejecimiento de nuestra población.

Pero mucho antes que las estadísticas de los censos lo confirmaran, ya podía detectarse, a través de otros medios alternos, algunos de esos cambios que presagiaban nuestro advenimiento masivo a la tercera edad. Y no me baso en esos achaques que nos afligen por temporadas, sino en otro indicadores, más sutiles pero no menos precisos, para detectar como, en efecto, estamos traspasando ese umbral.

Por ejemplo, al leer el periódico, ¿en cuál sección nos detenemos? Se sabrá que estamos rondando la tercera edad, si, en vez de ir directo a la sección de deportes, o a la de política, empezamos por los crucigramas y nos regodeamos en las esquelas para comentar: "Mira, este se fue antes que yo". O basta con ojear la cartelera de los cines para comprobar cómo el tema de la vejez también ahora ha copado aquí, como si hubiese entrado de la calle a la pantalla.

Tal parece escucharse ahora el eco de aquellos versos, "juventud divino tesoro...

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