ENTRE LA PACIENCIA Y EL MESIANISMO

Por Eugenio Hopgood Dávila

ehopgood@elnuevodia.com

En sus 62 minutos, el Mensaje sobre la Situación del Estado del gobernador Luis Fortuño recorrió una gama de temas que incluyen la unidad entre pueblo y gobernante ("tú y yo logramos...") la exhortación a la paciencia y a no rendirse ante él difícil "estado del país".

Más asombroso resultó el regreso a la imagen mesiánica de la propaganda rossellista, solo que con mayor énfasis en el aspecto de la "sanación divina" y con un joven veterano como metáfora del pueblo que revive por su tenacidad y perseverancia, pero también con la intercesión de Fortuño.

El primer mensaje del gobernador ayer fue la paciencia. Entendió que era apropiado decirle a un pueblo impaciente con la persistencia de la crisis económica, la inseguridad en las calles, el mal estado de las escuelas, en fin, el estado del país, que tiene que ser paciente, lo cual sería un requisito básico para votar por él el próximo noviembre.

El primer ejecutivo le planteó al país que si al astronauta de ascendencia boricua Joseph Acabá le tomó 42 años llegar al espacio (como si hubiese salido disparado en un cohete al nacer) y a Roberto Alomar le tomó 43 años ser admitido en el Salón de la Fama del Béisbol, no se le puede pedir al gobernador que "arregle" el país en tres años, por lo que necesitaría al menos cuatro años más.

El lema del discurso fue "tú no te rindes y yo tampoco", una frase sonora y combativa. Este juego de una armonía entre "tú" (elector) y "yo" (gobernador) fue una constante en el que ocasionalmente aparecían "ellos" (los populares) para destacar alguna acción negativa ("ellos cerraron el gobierno y provocaron la depresión económica").

Los otros villanos de la alocución fueron "los críticos de siempre".

Además, el gobernador se proyectó como "humilde" al no reclamar abiertamente el crédito por lo que proclama como logros de su administración. "Tú debes estar bien satisfecho con lo que has logrado en los pasados tres años... has logrado reencaminar a Puerto Rico en la dirección correcta...", manifestó el mandatario al elector. De esta forma no solo evadió el crédito, sino el descrédito y se asemejó al sagaz animador de una orquesta que le dice a un público sin entusiasmo: "Apláudanse ustedes mismos".

Con el...

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