Un paciente en ventilador

Yo usualmente no estoy acostumbrado a hacer esto”. Así empieza el joven médico Kermith Ayala Muñiz, un residente de urología en el Centro Médico, a describir, en un vídeo en Facebook, con un hilo de fuerte emoción en la voz, quizás de nervios, quizás de indignación, el crítico panorama prevaleciente en el principal hospital del país a causa de los constantes apagones que siguen afectando a la institución a un mes del paso por la isla del huracán María.

El viernes a las 12:42 de la tarde, día en que Ayala Muñiz no pudo más con el silencio y se soltó por Facebook, la luz se había ido, según él, cuatro veces en el Centro Médico.

Algunas de las cosas que dijo Ayala Muñiz fueron “no se pueden chequear laboratorios en la computadora”, “aquí hay pacientes en ventiladores”, “aquí hay pacientes que requieren de manejo crítico”, “Centro Médico de verdad necesita atención urgente”, “aquí hay pacientes que están críticamente enfermos y necesitan, honestamente, de cuidados”, “están corriendo pacientes en sala de operaciones que se están operando activamente y se está operando con flashlights”, “ya se salió la situación de control” y “no podemos seguir trabajando de esta manera”.

La falta de luz, que a un mes de María es la realidad de todos los días de, según el Gobierno, el 80% del país, está ahogando a Puerto Rico. Sus consecuencias son mucho más graves de lo que quizás podemos imaginar. Si no se resuelve pronto, y no parece que se vaya a resolver pronto, causará incalculable dolor y destruirá la fibra social y la economía puertorriqueña de maneras que harán mucho más difícil reconstruirlas en el futuro previsible.

El joven Ayala Muñiz habló del Centro Médico porque es allí donde trabaja, batalla y ve el horror.

Pero esa es la misma realidad diaria también de decenas de hospitales, que trabajan con generadores, que pueden ser muy buenos, pero no están diseñados para estar prendidos semanas sin descanso y, además, casi nunca producen energía suficiente para todo lo que se necesita hacer en un centro de salud.

La Asociación de Hospitales denunció que FEMA amenaza con suspenderles el suministro de diésel que les ha estado haciendo llegar desde días después del huracán, con el argumento de que era una asistencia de emergencia con vigencia de solo 30 días, a pesar de que nadie piensa que Puerto Rico haya salido de la fase de emergencia y restan, en el más optimista de los escenarios posibles, cuando menos dos meses para que el servicio de energía eléctrica...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR