'La palabra para describir lo que siento es rabia'

VIEQUES.- La joven sube las empinadas escaleras, llega al Puesto de Observación y, con un viento fiero agitándole sus largos rizos, contempla, en éxtasis, la inmensidad que se despliega ante sus ojos. Ante sus ojos asombrados, está todo el esplendor de un Vieques que nunca había podido ver: las montañas y lomas arropadas del verdor que nació donde antes cayeron incontables bombas tóxicas, las aguas azul turquesa de unas playas casi vírgenes, las arenas fulgurantes, las interminables ensenadas, los cocoteros, los cayos, toda la maravilla con que la naturaleza premió a este lugar único en el mundo.Estamos en el antiguo Punto de Observación de la Marina de Guerra de Estados Unidos en Vieques. Fue aquí donde, el 19 de abril de 1999, de lo que ayer se cumplieron 20 años, dos bombas militares mataron a David Sanes Rodríguez, un guardia civil que prestaba vigilancia aquí. Aquella muerte desató la campaña que cuatro años después sacó a la Marina de esta isla municipio.Ayer, con motivo del vigésimo aniversario de la muerte de Sanes, activistas de la vieja guardia llevaron a la zona a varias decenas de jóvenes viequenses al Puesto de Observación, lugar de la tragedia, para mostrarles de dónde vino la campaña que sacó a la Marina de aquí, con permiso del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, que ahora manda sobre estas tierras.Entre estos jóvenes estaba Andrea Malavé Bonilla, viequense de 20 años, estudiante de Ciencias Ambientales en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Fue Andrea, que nació dos meses antes de abril de 1999, cuando la presencia militar aquí parecía algo inevitable, la que nunca había visitado esta zona. Jamás imaginó cuánto Vieques hay más allá de los portones que ella ha conocido, cuando tiene su isla más allá de la estrechez en que ha vivido siempre."Yo nunca había experimentado ver lo que vi hoy. Mi mamá me dijo ‘tienes que ir porque lo que vas a ver es impresionante’. No sabía que iba a ver la mitad de las cosas que vi", dijo Andrea. "Me molestó un montón porque es terreno de Vieques que no le damos el uso porque no es nuestro. Es de nosotros, pero no es nuestro", dijo la joven, quien asegura que su vida no será igual desde ayer.Se le comenta que hay gente, en Vieques y en el resto de Puerto Rico, que cree que la Marina nunca debió irse de aquí. Andrea responde sonriendo con tristeza: "No hay una ofensa más grande para mí que me digan eso o verlos en las redes sociales. Prefiero no...

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