Paraíso para el Mundial 2014

Natal - Brasil

Esta privilegiada posición fue aprovechada durante la Segunda Guerra Mundial por Estados Unidos que construyó la base militar de Parnamirim como punto de escala y abastecimiento de los aviones aliados que volaban de Norteamérica a África.

La importancia de la ubicación de Natal se puso de manifiesto en enero de 1943 cuando, el entonces presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, visitó la ciudad y recorrió sus calles a bordo de un todoterreno en compañía del mandatario brasileño, Getulio Vargas.

Ahora los visitantes que recibe son miles de turistas, buena parte de ellos europeos, que llegan hasta Natal, capital del estado de Rio Grande do Norte, para tostarse bajo el tórrido sol en alguna de las playas que, a lo largo de diez kilómetros, bordean la urbe, o en las dunas que le dan un toque desértico al paisaje, tanto que a algún empresario se le ocurrió hace unos años importar dromedarios para paseos turísticos en la playa de Jenipabu.

Las dunas dan nombre al estadio que se construye aquí para el Mundial de 2014, el Arena das Dunas, que tendrá capacidad para 42,000 personas y recibirá cuatro partidos de la primera fase del Mundial, entre ellos uno de la selección cabeza de serie del Grupo D.

La gobernadora de Rio Grande do Norte, Rosalba Ciarlini, señaló recientemente al visitar las obras del estadio que la ciudad está mejorando sus infraestructuras para acoger a todos los turistas que traiga consigo el evento, lo que incluye la construcción de seis hoteles, un nuevo aeropuerto internacional y un metro en superficie.

Todo ello servirá para conocer las múltiples maravillas que tiene esta ciudad de poco más de 800,000 habitantes y que van, desde las dunas y las playas, hasta antiguas fortificaciones portuguesas.

Cuando el turista termine de remojarse y broncearse puede visitar la fortaleza de los Reyes Magos, llamada así porque su construcción empezó un 6 de enero y que data de finales del siglo XVI, lo que la convierte en uno de sus edificios más antiguos.

Con forma de estrella de cinco puntas, esta fortaleza se construyó para defender los intereses de Portugal de los ataques franceses que, a lo largo del siglo XVII, asediaron la costa nororiental del país. Todavía conserva sus cañones de bronce, a la vez que permite unas maravillosas vistas de la playa.

También en la costa, junto al morro de Mãe Luiza, se encuentra un faro del mismo nombre, de 37 metros de altura, que fue inaugurado en 1951 y puede ser visitado para...

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