Pasa odisea para que le hagan la prueba

El 16 de marzo, Marta López, nombre ficticio para proteger su identidad, regresó a la isla luego que, en España, se cancelaran prácticamente todas las actividades, incluyendo las educativas, a raíz de la pandemia del COVID-19.En España, López, una policía que se acogió al retiro temprano, era estudiante de Derecho en la Universidad de Gerona y compartía a diario con estudiantes de otras nacionalidades.La mujer contó a El Nuevo Día que, tras su regreso a la isla, recibió una llamada de una compañera de clases ecuatoriana que solía compartir con ella. "Ella me llama y me notifica que fue positivo (a COVID-19)", dijo López, de 50 años."Yo me estaba sintiendo mal, con síntomas de monga o gripe, con dolor en el cuerpo, congestión nasal, dolor de cabeza y tos seca, pero bien poquita", agregó.Su sintomatología, precisamente, provocó que cuando buscó ayuda a través de las líneas telefónicas provistas por Salud, se le descartara como candidata para realizarse la prueba diagnóstica.Relató que nadie contestaba o era atendida por una máquina que le indicaba que pulsara un número si tenía los síntomas asociados al COVID-19. Debió insistir y recurrir a amistades que trabajan en el gobierno para que, finalmente, le realizaran la prueba en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Río Piedras.Dijo que, en una ocasión, logró comunicación y se le indicó que acudiera a su médico de cabecera para obtener una orden médica y hacerse la prueba."Me orientan que si me siento peor, que fuera a una sala de emergencia. Me preguntaron que si me podían llamar, lo autoricé, y hasta el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR