En la pasarela de la filantropía

ORLANDO, Florida.- Tiene claro en su mente aquel día en que su madre le pidió que se quitara los zapatos para que se fuera a caminar descalza por la acera de enfrente a su casa en Royal Gardens, en Bayamón.

Marytza Sanz estaba en el apogeo de su carrera de modelaje, camino que la llevó a convertirse en Miss Bayamón en 1976, y ese mismo año quedó como primera finalista de aquel Miss Puerto Rico en el que Elizabeth Zayas fue coronada como reina.

“¿Sabes por qué te pedí que te los quitaras (los zapatos)? Porque se te estaba olvidando de dónde viniste, y quería que tocaras la tierra para que volvieras a la tierra”, le dijo su madre. Marytza lo cuenta y no puede evitar las lágrimas. De alguna manera, el glamour de esos certámenes le distorsionó los recuerdos de aquellos días, cuando de niña corría por aquella casa de madera que sus abuelos tenían en Barrio Obrero, y dormía en una cama que, en las noches, quedaba cubierta por un mosquitero.

Así, sus abuelos y su madre, que en el vecindario llamaban Titi Pat, le inculcaron eso de ayudar a los demás. Y cuando las pasarelas y las coronas quedaron en los recuerdos que congelan las fotos, fue natural para Marytza seguir la ruta de la filantropía. Por eso, cuando, a finales de la década de 1980, decidió mudarse a Florida para buscar mejores servicios educativos para su hija mayor, que padece de déficit de atención, se dio cuenta que por estas planicies hacía falta un mapa humanitario que guiara a todo aquel que decidiera anclarse en estas tierras. En ese contexto, nació la organización Casa Las Américas, que más tarde transmutó en Latino Leadership.

¿Cómo nace Latino Leadership?

—Luego de las elecciones de 1996, cuando gana Anthony Suárez, el primer legislador estatal de la Florida Central de origen puertorriqueño, la comunidad puertorriqueña como que se desbandó, y se preguntaba qué iba a hacer ahora. Entonces, creamos Latino Leadership con la misión de inscribir a los hispanos para que votaran en futuras elecciones. Pero, cuando uno llega aquí y no tiene empleo ni vivienda, ni conoces el idioma, pensar en votar es lo último que te cruza por la mente. Así que, si bien mantuvimos esa conciencia política, nos enfocamos en ayudar a los latinos en esas otras áreas. Entonces, empezamos a buscar un lugar para la organización, y a pedir ayuda para pagar la luz, el agua y a los empleados. Pero, la gente empezaba a decirnos que no teníamos futuro porque ninguna organización hispana aquí duraba.

¿Por qué tan...

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