Patíbulo

Manolo Núñez Negrón

Cuentan que aquella tarde, a finales de la primera década del siglo pasado, se discutían en la sesión de la Cámara de Representantes tres proyectos de especial interés público: una medida para respaldar los intereses azucareros, el derecho al sufragio femenino y la abolición de la pena de muerte.

Allí estaban sentados aquellos treinta y cinco hombres, con los rostros graves y los bigotes pronunciados, buscando persuadir al adversario con citas de Marco Aurelio, disimulando el resentimiento con una sonrisa discreta y envueltos en el humo de los cigarros y el olor a alcohol.

Entonces el prócer José de Diego, que aprovechaba los recesos para componer sus versos a Laura, como ahora Roger Iglesias al Colegio de Ingenieros, se levantó para interrumpir la alocución de Rosendo Matienzo Cintrón, que abogaba...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR