La patria irredenta

Por Carmen Dolores Hernández

Ambientada en Puerto Rico poco después del cambio de soberanía, ilustra las relaciones de dominio entre países. Expone no sólo la traición de los Estados Unidos a sus ideales y a su Constitución al adquirir colonias, sino también el efecto que el sometimiento político tiene sobre una población, generando intrigas nacidas del temor y complacencias infundadas.

Párrafos como el siguiente, sobre los políticos locales, resuenan hoy con igual o mayor fuerza que cuando el cambio de soberanía contaba pocos años: "¿Qué han hecho? Distribuir entre unas cuantas familias políticas privilegiadas la influencia y lo que sobra del presupuesto . ¿Qué han hecho más que encumbrarse? Disputan siempre la posesión a perpetuidad de un poder que no existe. Pretenden gobernar su patria y aún no la han constituido, jamás podrá logarlo, lo aseguro, esa fórmula de hipócritas mentiras en que se alecciona esa política con que engañan a su pueblo."

Apuntalando el asunto principal -los falsos redentores, por una parte, y la difícil redención de quienes no quieren ser redimidos- una trama con tres historias de amor ilustra también las costumbres sociales de una época (Zeno Gandía era un escritor realista). La principal historia es la de Piadosa Artante, una joven de Puerta de Tierra, de familia venida a menos, de quien se prenda un alto funcionario norteamericano, Elkus Engels, a despecho de un pretendiente puertorriqueño menos arrojado.

Otra historia narra los amores...

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