Los pecados de la Iglesia

JUAN MANUEL DELGADO

HISTORIADOR Y PROFESOR

La lista de pecados es interminable. El primero salta a la vista: haber transformado el cristianismo primitivo, de amplia conciencia comunitaria y justiciera, en una colosal pirámide, donde las decisiones políticas y económicas las tomaba el alto clero para su beneficio. No menos doloroso fue el pecado de entrar en abierta alianza con los gobiernos terrenales, práctica que la llevó a convertirse en el principal instrumento de represión ideológica.

Su metamorfosis fue muy violenta. La sotana se transformó en uniforme militar y los evangelios en espada y en escudo. Luego vino la barbarie de la conquista de América. Los indígenas le llamaban cristianos a los conquistadores con gran dosis de ironía. Le expresaban al clero que no querían encontrarse con ellos en el cielo. Y así, pecado tras pecado, sus eslabones se arrastraban entre las cadenas del coloniaje y la esclavitud. La Inquisición también tuvo sus fogatas. A muchos los persiguieron hasta después de muertos.

Otro gran pecado de la Iglesia, como institución, fue apoyar los sistemas de explotación. Se benefició económicamente de la monarquía y del sistema esclavista. A veces la principal hacienda, en cantidad de esclavos y producción de azúcar, era la del obispo. El siglo XX pudo observar con horror cómo parte del clero apoyó al...

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