Género en peligro
Por Rebecca Banuchi.rebecca.banuchi@gfrmedia.com
FOTOS JUAN MARTINEZ Y VANESSA SERRA
No hace falta invitación ni coordinar el encuentro. Es sábado al mediodía, para un puñado de aficionados al bolero solo hay un destino posible: la calle Cerra, en Santurce.
Esa ruta, limítrofe con la zona histórica de Miramar, fue alguna vez referencia indispensable para cualquiera que se adentrara en la industria discográfica puertorriqueña, y aunque poco a poco ha cedido su relevancia comercial, todavía alberga pequeños -y discretos- refugios para los amantes de la música.
Sentados a la mesa en un sencillo restaurante, un grupo de hombres, en su mayoría entre los 60 y 80 años, compite por hacerse escuchar. Son coleccionistas de discos, y cada semana, en su cita sabatina, reviven innumerables capítulos en la historia del bolero, cuyo origen algunos ubican en las postrimerías del siglo XIX, y que desde la cuenca del Caribe fue ganando terreno hasta convertirse en uno de los géneros favoritos en toda Latinoamérica.
Pero, aunque la popularidad del bolero es incuestionable, desde hace décadas, su difusión se ha limitado a esos pequeños espacios donde la nostalgia y la complicidad de los aficionados se conjugan para mantenerlo con vida. En la radio y en eventos musicales, su presencia ha menguado al punto que muchos temen que el género al que con el paso de los años se le ha etiquetado como "música del ayer" pueda llegar a desaparecer.
"Diría que el bolero está amenazado por la extinción", afirma el profesor José Antonio López, catedrático en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y experto en el género del bolero.
En sus años como profesor, López, quien también es guitarrista clásico, ha sido testigo del desconocimiento de sus estudiantes respecto a ese tipo de música. Es justo ese desapego el que, según su opinión, presagia su posible desaparición.
"Como generación nueva no puedes amar lo que no conoces, ni te puedes sentir identificado. Si no lo conoces (al bolero) no puedes sentir ningún tipo de apego por él, ni cultural ni por gusto musical ni nada", subraya el junqueño, editor de los libros Bello amanecer: Antología del bolero puertorriqueño, Queja del alma y Tato Díaz: Ese soy yo.
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López imparte este semestre un curso de apreciación musical a decenas de estudiantes de bachillerato del RUM. El día que la materia de estudio correspondía al periodo barroco, hizo una pausa para, a manera de experimento, examinar cuán familiarizados estaban sus...
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