Un peligro para la salud pública
Por Limarys Suárez Torres
lsuarez1@elnuevodia.com
En un recorrido realizado ayer por la carretera 951, que va de Canóvanas a Loíza, se observó la inundación de las aguas usadas que terminan en el río y según el abogado Gustavo Del Toro el problema está ocurriendo desde el 2010.
"Esto está ocurriendo desde el 2010 y lo he denunciado ante la AAA, la Junta de Calidad Ambiental, la EPA (Agencia Federal de Protección Ambiental) y sigue ocurriendo. Esto es malicioso porque hay un tubo escondido para descargar estas aguas usadas al río. Estoy solicitando que se investigue. Este problema está acabando con la flora y la fauna y la gente de Loíza pesca ahí", denunció Del Toro.
Durante el recorrido por la zona dos empleados de la AAA llegaron a uno de los registros principales que desborda cientos de galones de aguas sanitarias y allí echaron cloro para matar así algo de bacterias.
"Estamos echándole cloro para matar las bacterias y apaciguar un poco la peste en el lugar", dijo Aurelio Soto, empleado de mantenimiento de la AAA al ser abordado por este diario.
Soto precisó que el desborde de aguas sanitarias se debe a un problema que tiene la planta de tratamiento de Torrecillas, que desde el viernes pasado solo funciona con una bomba, porque las otras dos están dañadas.
"Ese problema con los registros y desbordes de la AAA es uno que ha ocurrido con regularidad. La AAA ha hecho unas mejoras, pero el problema es recurrente y debido al volumen de agua lo único que pueden hacer es dejarlo que fluya al río Grande de Loíza. Hay un impacto a la salud pública y ambiental. Es de gran preocupación", indicó por su parte el científico ambiental Luis Jorge Rivera.
Rivera explicó que muchas personas acuden al río a realizar pesca recreativa y esos peces tienen contacto con las aguas sanitarias y los desperdicios, por lo que hay impacto de peso a la salud pública.
"Toda esa materia fecal que para en el río induce varios procesos que resultan en una disminución en el oxígeno que hay en el agua, sobre todo en aquella parte del río más profunda y como consecuencia de ello puede desembocar en mortandad de peces y otros organismos que habitan en el río por falta de oxígeno", añadió al argumentar sobre el impacto ambiental de las descargas.
Según Rivera, la medida de mitigación de vertir cloro en uno de los registros de aguas sanitarias es poco lo que puede desinfectar debido al volumen de agua sucia que llega al río Grande.
"El volumen de cloro debe ser...
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