Pelotero hecho a la perfección

oberto Alomar elevó casi a nivel de perfección sus ejecutorias en la segunda base. El salinense es, sin duda, uno de los jugadores más completos que ha dado la isla y el béisbol en general; es un ídolo en Toronto, equipo al que ayudó a ganar dos series mundiales, y su magnífica carrera de 17 temporadas fue honrada con su exaltación al recinto de los inmortales en Cooperstown.

Alomar fue siempre la excelencia sobre el terreno de juego, un jugador con todas las herramientas para la grandeza individual. Además, su mera presencia en la alineación de cualquier equipo inmediatamente hacía mejor a sus compañeros.

Pocos jugadores, en cualquier deporte, pueden ser llamados el mejor en su posición. El hijo de Santos Alomar, padre, y María Velázquez es uno de ellos.

“Roberto Alomar es la segunda base más completa que ha dado las Grandes Ligas. Sin duda. Algunos lo superan en jonrones, pero, cuando evalúas a jugadores por las cinco herramientas, él las tenía todas. Cuando comparas a todas las segundas bases, a los demás siempre les falta algo. ¡A él no le falta nada!”, comentó el escritor e historiador Jorge Colón Delgado.

En casa de los Alomar, en Salinas, se desayunaba, almorzaba y cenaba béisbol. Su padre, un expelotero con tres décadas ligado a las Grandes Ligas (15 como jugador y 15 como ‘coach’) y su hermano, Sandy Alomar, una estrella de los Indios de Cleveland, entre otros equipos, habían pisado primero la grama ligamayorista y le mostraron al camino al menor, a Roberto, el que muchos años más tarde elevaría el apellido de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR