Penoso rezago escolar
Por Keila López Alicea
keila.lopez@elnuevodia.com
El principal atractivo de la escuela, su amplio programa vocacional, está en total abandono por parte del Departamento de Educación y sobrevive gracias a los malabares que hacen el personal docente y los estudiantes. El ausentismo de estudiantes y maestros es la orden del día, aunque ya han logrado mejorar la disciplina estudiantil.
"No tenemos apoyo en el área vocacional porque no tenemos materiales. Nosotros tenemos que poner de nuestro bolsillo. Entiendo que el Departamento de Educación tiene millones de dólares y no me dejan ni coger del presupuesto de No Child Left Behind para cubrir ese programa", sostuvo el director Elson Rosario.
Mientras, en la escuela elemental Cotto Anexo, en Arecibo -una escuela especializada en educación especial- la maestra de español Ivette Vázquez se dio a la tarea a inicios del semestre de pegar granos de arroz, habichuelas y hasta plumas en las hojas de trabajo que entregaría a sus estudiantes. La intención no era adornar los documentos, sino darle la mejor oportunidad a sus alumnos con impedimentos severos de pasar las evaluaciones que requiere el Departamento de Educación (DE), a pesar que muchos de los menores no son capaces de aprender lo que se les exige.
Estos son ejemplos de lo que se vive día a día en dos escuelas identificadas por el DE como de pobre desempeño académico. La escuela superior está en su noveno año de Plan de Mejoramiento, mientras que el plantel de educación especial entró este año por primera vez luego de no cumplir con las expectativas de Educación por dos años consecutivos.
"Yo entiendo que no es justo que nos midan igual que las escuelas de corriente regular", expresó Alice Martínez, facilitadora del Programa de Orientación y Consejería que desde febrero de 2012 se desempeña como directora interina de la escuela Cotto Anexo.
Y es que los estándares del Departamento de Educación exigen que los estudiantes de educación especial dominen las destrezas académicas a base de su edad cronológica, no a base de su capacidad cognitiva, explicó Vázquez.
Esto obliga a los educadores a buscar estrategias creativas para enseñar conceptos de matemáticas y ortografía a niños y jóvenes que posiblemente aún no reconocen su nombre cuando se les llama.
Por otro lado, en la escuela intermedia Cacique Agüeybana en Bayamón, la administración se ha dado a la tarea de cambiar por completo las operaciones del plantel para lograr salir del Plan de...
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