El pensamiento político de Ramón Power

Por Carmen Dolores Hernández

Si alguna figura política puertorriqueña alcanzó estatura excepcional durante la dominación española, fue Ramón Power y Giralt. En el momento de incertidumbre creado en España por la invasión napoleónica y el exilio en Francia del rey Fernando VII, el vacío de poder y la oposición a los invasores hicieron surgir juntas populares de gobierno. Se impuso la Junta Central Suprema y Gubernativa (1808), sustituida luego por el Consejo de Regencia (1810), que convocó a unas Cortes o parlamento con representantes de todas las Españas -la peninsular y las de ultramar- para constituir un nuevo gobierno de acuerdo a las corrientes constitucionales proclamadas por las revoluciones de los Estados Unidos de América y de Francia.

Puerto Rico eligió a Ramón Power como diputado a esas Cortes y los cinco cabildos (o municipios) principales -San Juan, San Germán, Arecibo, Coamo y Aguada- le dieron instrucciones sobre las peticiones que debía hacer. Nombrado Vicepresidente de las Cortes al inaugurarse estas, tuvo -en el transcurso de los próximos tres años- un rol destacado.

En su introducción a esta nueva edición de una colección de documentos pertinentes a ese rol, recopilada originalmente por la Dra. Aida Caro, la historiadora María de los Ángeles Castro examina el pensamiento político de Power y su apoyo al establecimiento de un nuevo orden político-administrativo de carácter representativo para todas las Españas. Formó parte de comisiones particulares y ayudó a redactar decretos importantes como el primero, que proclamó que la soberanía nacional de las Españas residía en las Cortes. Equivalía ello al establecimiento de una monarquía constitucional (con un monarca en el exilio).

Power se destacó asimismo como defensor de la igualdad de representación para los países americanos y del acceso de sus naturales a los cargos públicos, además de pedir mejoras en las leyes del comercio. Llevó ante las Cortes dieciséis peticiones de los ayuntamientos puertorriqueños sobre asuntos comerciales, administrativos y de arbitrios, consiguiendo la aprobación de varias.

Al analizar la personalidad política de Power, la Dra. Castro va más allá de las investigaciones biográficas y contextuales que se han hecho y subraya su pensamiento, legándonos el perfil de un hombre de ideas avanzadas para su tiempo y procedencia; consciente del talante político del momento tanto en la península como en América; valiente en la defensa de los intereses...

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