Pepe Abad: un negocio familiar que llegó como un regalo inesperado

Desde pequeño, José Celestino Abad Torres lavaba los carros que traía su padre desde San Juan y, con un destornillador, sacaba las piedritas que se incrustaban en las gomas para que el vehículo quedara inmaculado antes de llegar a manos de algún cliente.Así aprendió el valor del trabajo, sin imaginar que décadas más tarde se convertiría en un vendedor de autos tan exitoso que ha hecho florecer su negocio familiar con cuatro concesionarios, ubicados en un trayecto que le llaman ‘la ruta de Pepe’.Es la historia de Pepe Abad, un cayeyano nacido hace 76 años en el barrio Matón Abajo, que marcó su propia ruta en la industria automotriz al levantar una empresa que empezó con la venta de 10 carros en plena carretera.No tardó mucho en recibir la llamada de don Félix Rivera, propietario del concesionario Toyota de Cayey, con quien trabajó por espacio de una década hasta que le ofreció su concesionario, ya que pensaba retirarse del negocio."Era un dealer Toyota, pero yo vendía más carros importados. Don Félix Rivera importaba muchos carros bien seleccionados, bonitos y era bien responsable. Eso me lo enseñó, a quedar bien con el cliente aunque uno perdiera dinero; ‘si el carro falla, dale otro y sal del problema’", recordó el hijo de José Abad Zambrana y Eulalia Torres Romero."Trabajé con él 10 años y me preguntó si tenía $80,000 o $90,000 lo que él había gastado recientemente en la remodelación del dealer. Era para que me quedara con el dealer porque él se sentía viejo y quería dejármelo, era un regalo porque no me lo estaba cobrando, sino su inversión en mejoras", reveló sobre el acuerdo realizado en el año 1981.El nombre de su empresa, Pepe Abad, fue sugerido por la familia de Gómez Hermanos que tenían la franquicia Toyota para ese tiempo."Con el tiempo, mi hijo Papo salió de la universidad y vino a trabajar conmigo. Lo llevé a las oficinas relacionadas con el dealer, le autoricé a firmar cheques en los bancos, firmar contratos, a comprar carros. Tenía que aprender a hacer lo que yo hacía para poder liberarme un poco. Aprendió rápido", dijo el padre de Wanda, Brenda y José "Papo" Abad Vega."Yo compraba los carros usados porque para aquella época, los carros nuevos regulaban la ganancia. Había que vender carros usados e importados que era lo que mantenía el negocio. Era un dealer pequeño, apareció un local más grandecito por exigencias de Toyota, ya no cabían allí. Para el 1998, que es donde estamos actualmente, frente a...

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