La percepción no es la realidad

EDUARDO IBARRA

PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN PRO DERECHO A LA SALUD

Resulta notablemente sencillo identificar los tres mayores problemas del actual sistema. Primeramente, la significativa cantidad de demandas inmeritorias (frívolas) con la consecuente angustia y desasosiego que ello provoca en demandados y familiares. Segundo, como consecuencia de lo anterior, la mala utilización de recursos necesarios para adjudicarse a casos verdaderamente meritorios. Y tercero, la negación del principio de justicia a tiempo, dados los muy frecuentes largos años de litigio.

Pese a que las soluciones lucen obvias, tanto en su concepción como en su aplicación, de forma inexplicable se ha llevado a cabo una intensa y costosísima campaña en todos los medios de comunicación solicitando con desproporcional vehemencia una "urgente" reforma del sistema, pero de manera alarmante, utilizando sin decoro premisas a sabiendas de que son incorrectas, como si alguien les hubiese aconsejado: "Olvídense de decir la verdad, recuerden que la percepción es la realidad".

Las estadísticas de SIMED y de la Junta de Planificación ni remotamente sostienen el argumento de que existen ni una escasez, ni una fuga "masiva" de médicos. En Puerto Rico contamos con aproximadamente 300 médicos por 100,000 habitantes versus Estados Unidos que cuenta sólo con 240. Ambos países tienen áreas, especialmente rurales, donde hay insuficiencia de ciertos especialistas.

En Puerto Rico, la escasez de algunos de estos profesionales, más que una "fuga" es el resultado de una decisión educada de no regresar a la Isla tomada deliberadamente luego de haberse tenido que especializar en Estados Unidos, como consecuencia del desmantelamiento de nuestro sistema de educación médica.

Es entendible que tomen esa decisión luego de evaluar múltiples otros factores, como muchísima mayor remuneración por su trabajo en Estados Unidos; recepción de pagos en forma razonablemente puntual (en dramático contraste con Puerto Rico donde se les paga, tarde, en forma fraccionada y en muchas ocasiones nunca reciben el pago); un mayor respeto en Estados Unidos por lo que prescriben, ordenan o deciden, y finalmente, el deseo de proteger a sus familias y a sí mismos de la lamentable ola de criminalidad que afecta a...

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