La pérdida de un ser querido

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

Un dolor que puede ser aún mayor si la pérdida ha ocurrido a destiempo, quizás debido a una bala "perdida", un accidente o suicidio. Realidad que, desafortunadamente, se vive con demasiada frecuencia en muchas familias puertorriqueñas en estos días.

Por ejemplo, tan reciente como la semana pasada un hombre que supuestamente tenía una deuda con el Departamento de Hacienda y que, aparentemente, no pudo resolver, se quitó la vida lanzándose del último piso del edificio de estacionamiento de esa agencia. Un evento que, sin duda, debió ser tan inesperado como doloroso para sus familiares.

De la misma forma que la inesperada muerte de la jovencita Karla Michelle, alcanzada por una bala disparada al aire en la víspera del año nuevo, ha supuesto una gran tristeza para sus padres y familiares.

Pero mientras se llora a ese ser especial que ya no está en este mundo, los estudios demuestran que los seres humanos somos capaces de soportar ese dolor y salir fortalecidos de todo el proceso. Pero no es fácil.

"La muerte de un ser querido es un evento fuerte e impactante que trastoca a cualquier ser humano. Toda pérdida significativa deja ansiedad, aislamiento, confusión, vacío, tristeza, irritabilidad, enojo y sensibilidad. El modo en que una persona muere (si fue esperada, repentina o violenta) ejerce una influencia poderosa en el proceso de aflicción", explica el doctor Luis A. Martínez Suárez, administrador de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA).

Según el funcionario, cada persona, dependiendo de su estado emocional al momento de la pérdida, inicia de forma distinta el proceso de duelo, por lo que el tiempo de la recuperación puede variar.

"De hecho, también existe una diferencia marcada de género a la hora de enfrentar este proceso. En el caso de las mujeres, estas suelen ser más receptivas a dar y recibir apoyo emocional, mientras que una gran mayoría de los hombres dejan a un lado sus sentimientos y se muestran fuertes ante los demás", indica Martínez.

En ese proceso de duelo, además, también se dan unos síntomas físicos, emocionales y de conducta, advierte la doctora Aida Myrna Vélez Carmona, asesora de salud mental de ASSMCA.

"Implica que el organismo pasa por cierto desequilibrio pero con el tiempo se ajusta", sostiene Vélez, quien está de acuerdo en que cuando la muerte es imprevista o violenta, hay mayor estrés y dolor emocional.

"Dependiendo también de la...

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