Perjudicial para la economía el éxodo boricua

Según los datos más recientes publicados por el Banco Gubernamental de Fomento (BGF), en el primer trimestre de este año cerca de 65,000 personas más partieron de Puerto Rico que las que entraron, contabilizando los individuos que utilizaron el medio de transporte aéreo.

Específicamente, en los meses de enero, febrero y marzo se fueron 1,364,400 personas y arribaron 1,299,500.

A esto se le añade el fenómeno sin precedente que experimentó la Isla el año pasado cuando, según los datos preliminares reportados por el Departamento de Salud en su Informe Anual del 2016, se observó un crecimiento natural negativo. Esto significa que hubo más defunciones que nacimientos por primera vez en la historia, desde que la agencia comenzó a recopilar dichas cifras. Sin embargo, el resultado no debe sorprender a muchos, ya que desde finales de los años 70 el crecimiento natural presentaba una consistente tendencia de desaceleración.

Mientras que la reducción de la tasa de natalidad junto con una estabilización de las defunciones ha contribuido de manera gradual al descenso poblacional, el aumento repentino de la emigración se ha convertido en un factor de mayor relevancia que acelera el cambio demográfico y que, a su vez, repercute sobre la ya maltrecha economía del País.

Efectos de la reducción poblacional en la economía. En un artículo publicado por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York en el 2014, titulado “Las causas y consecuencias del descenso poblacional en Puerto Rico”, los autores sostienen que la mayor parte del sector de la población que emigra son los jóvenes adultos con edad para trabajar. Quiere decir que en Puerto Rico ha existido una fuga de mano de obra y capital humano que no contribuye a la economía local. Esta aseveración también es apoyada por las cifras recopiladas por el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, en las que se registra que en los últimos 76 meses en Puerto Rico se ha manifestado una disminución continua de la población mayor de 16 años que no está ingresada en instituciones (cárceles, hospitales psiquiátricos, asilos, etc.), o mejor conocida por los economistas como la población civil no institucional.

La escasez de mano de obra y de capital humano, causada por el escape de talento joven y capaz de trabajar, en circunstancias normales resultaría en incrementos salariales de los que se beneficiaría la población trabajadora que permanece en la Isla. En un ambiente económico en el que se reduce la oferta y la...

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