PERSEVERA EN EL RING Y EN LA VIDA

Frank Santos de Alba vivía en Reading, Pensilvania y tenía récord de 10-0 como boxeador aficionado cuando en el 2008 su pasado le pasó factura.

“Yo no sabía que la guagua en la que andaba tenía la inspección vencida. Me paró un policía y cuando metió mi nombre en la computadora, salí como prófugo”, recordó recientemente Santos de Alba, en entrevista telefónica con El Nuevo Día desde ese estado.

“Fue por un caso de armas que yo me cogí en Puerto Rico como pa’l 2007, cuando tenía 18 años. Estaba bajo fianza y me vine para acá. Pensaba que por mi edad ese caso no me iba a salir”.

Se equivocó. Frank fue extraditado a Puerto Rico. Aquí lo condenaron a tres años y un día de cárcel, lo que podría resultar cadena perpetua para su carrera boxística.

“Cuando me cogieron me dije ‘se fue mi talento por el chorro, se me fue el futuro’”, recordó. “Tres años y un día. No es tanto para los de afuera. Pero yo iba pensando lo peor”.

A su llegada a la Isla, Frank fue ingresado a la unidad 705 del complejo correccional de Bayamón. Tras ser sentenciado, lo mudaron a la unidad de mínima seguridad 1072 del mismo complejo. Dentro de las difíciles circunstancias, fue lo mejor que le pudo pasar al joven criado en Coamo.

“En la 1072 un día a la semana nos dejaban ir al gimnasio. Y cuando fui, vi el saco y vi que tenían guantes (de boxeo)”, relató Frank, hoy día con 29 años de edad. “Empecé a darle al saco por mi cuenta. Un oficial (de corrección) que se encargaba de recreación y deportes me vio y me preguntó si yo había peleado porque pensaba que yo tenía talento”.

El acercamiento del oficial de corrección resultó ser un rayo de oportunidad para Frank. Después de un periodo de prueba en la que mantuvo conducta ejemplar dentro de prisión y entrenó a diario, el joven fue referido a Víctor ‘Luvi’ Calleja, excampeón júnior pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y fundador del programa del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) que utiliza al boxeo como incentivo de buena conducta y rehabilitación.

“Cuando lo vi por primera vez, vi la calidad de peleador que tenía el muchacho”, indicó Luvi, nuevo presidente de la Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico (CBPPR). “No tenía vicios y era bien dedicado. Pero sobretodo noté la calidad y la disciplina”.

“En varias ocasiones traje gente de afuera (de prisión para guantear con Frank) y él lucía muy bien”, continuó diciendo Calleja.

Tan alta era la estima que Luvi le tenía a Frank, que lo escogió para ser el...

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