Todo un personaje

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Mientras eso ocurría en la tarima, el agente de la guardia municipal cagüeña, Luis F. Román Ruiz, subía unas escaleras fuera de la sala donde se emitía el evento y se zafó un disparo de su pistola Smith and Wesson calibre .9mm que le entró por el muslo y se alojó en el área de la rodilla.

Llámele casualidad o causalidad. Lo cierto es que en ese momento, Ponce conversaba con Adiel sobre la amistad que había desarrollado con Zayra Valentín, una de las niñas de la competencia, y Adiel no perdió la tabla.

"¿Qué nos puedes decir de esta amistad?", le preguntó Ponce cuando sonó la detonación.

"¡Epa! ese es el sabotaje que nos están tratando de hacer haciendo aquí. Eso es para asustarte, no te dejes. Dime", resolvió hábilmente Ponce la situación, aún desconociendo qué había ocurrido.

El programa siguió su curso, aunque en el público las personas cercanas a la salida inferior derecha trataban de averiguar qué había ocurrido. Pero la picardía de Adiel atrajo momentáneamente hacia él la atención del público cuando Ponce le dijo que Zayra "está toda colorada".

"¡Ja, ja, ja! Dile que venga acá", dijo el jovencito.

Y es que Adiel es todo un personaje. A sus 10 años, el jovencito no vidente despunta como el participante más desinhibido de la competencia.

Por ejemplo, luego de su presentación, el pequeño tomó el micrófono nuevamente: "¡Viene, viene! ¿Dónde están esas pancartas que no las veo?".

O cuando la jueza Érica Ender terminó su evaluación de su ejecusión: "¡Muchas thank you!".

En fin, que seguramente Adiel seguirá dando de qué hablar y no solo por su simpatía y chispa, sino porque además canta y mucho. No en balde entró entre los diez finalistas.

Ayer, a través de una...

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