Personas sin hogar

TIM SHERWOOD

PERIODISTA

Tal vez respondiendo a este desinterés del público, los medios noticiosos no investigan la situación de los hombres, mujeres y niños que tienen que vivir en la calle. El último reportaje que recuerdo fue una serie de artículos, hace muchos años, de Gino Ponti, que aguantó por tres días la condición de persona sin hogar en el Viejo San Juan para poder conocer y describir desde adentro la experiencia. Sin embargo, esta población de seres humanos es tanto o más discriminada y abusada que otros grupos cuyos problemas sí caen a menudo bajo la lupa periodística, tales como mujeres, estudiantes, homosexuales, ancianos o trabajadores.

Aparte de las pequeñas humillaciones diarias que sufre esta población, como por ejemplo la mirada hostil de los transeúntes o, peor aún, la mirada que no es mirada y los invisibiliza, las personas sin hogar pueden encontrar rechazo por su apariencia y condición social cuando tratan de entrar en un restaurante o centro comercial. Nuestro país en efecto institucionaliza la discriminación; la mayoría de los municipios de Puerto Rico tienen códigos y ordenanzas que criminalizan las conductas que surgen de la pobreza o falta de hogar, como por ejemplo el pedir dinero o dormir y comer o hacer sus necesidades en espacios públicos. Curiosamente, un estudio ha demostrado que cuesta más arrestar y encarcelar a las personas sin hogar que proveerles vivienda.

La falta de vivienda de bajo costo es buena parte del problema. Los fondos federales para vivienda asequible han disminuido marcadamente durante los últimos 30 años, empezando con la presidencia de Ronald Reagan, lo que ha afectado a Puerto Rico, que depende de estos fondos en esta área al igual que en otras. Sin fuertes subsidios, los desarrolladores no encuentran rentable construir ese tipo de vivienda.

Pero si la falta de vivienda accesible abona a la condición de estar sin hogar, su raíz profunda es la pobreza. Todos podemos pasar por alguna de las situaciones personales que las mismas personas sin hogar narran para explicar por qué se encuentran en la calle, tales como adicción a sustancias, alcoholismo, problemas...

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