Pesar por el agente asesinado

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

Pero era el crespón negro colocado en la entrada del Cuartel de la Policía en Patillas el que daba una idea más clara de lo ocurrido.

No había una queja o un señalamiento negativo contra el agente Francis Crespo Mandry, asesinado ayer en la madrugada cuando fue a atender una querella por un robo; solo elogios de lo que, al parecer, fue una vida dedicada a la seguridad de sus compueblanos.

"Estamos dolidos, muy sufridos. Era excelente ser humano, una persona íntegra. Era una persona alegre y jovial", describió Ezequiel Torres, comandante del Distrito de Patillas de la Policía.

Ayer, los compañeros de labores y familiares de Crespo Mandry recibieron la asistencia de una sicóloga de la Policía.

Javier Morales, compañero de labores en el cuartel, señaló que las enemistades, si alguna, que se ganó Crespo Mandry se debieron a que era estricto en su trabajo.

"Él siempre daba el 100%... Esto es lamentable, era un compañero, un amigo, pero no nos vamos a quitar con esto", dijo Morales.

Fue una descripción similar a la que ofreció Miguel Colón March, jefe de la región policial de Guayama, quien trabajó con el occiso en la década de 1990 en el cuartel de la Policía en Barrio Obrero en San Juan.

La tristeza también era evidente en la casa del oficial caído, quien tenía 54 años de edad, de los cuales 24 los había dedicado a intentar combatir el crimen desde la Policía.

La familia estaba muy...

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