Petra para el aventurero
ordania
Por Carlos Ochoteco
Desde la llegada a Amman, su capital, se encuentra uno con una fascinante mezcla de lo viejo y lo nuevo. Restaurantes con comida deliciosa, modernos centros comerciales, excitante vida nocturna, cafés al aire libre y tradicionales mezquitas. Pero es en el interior del país donde se descubre lo que es en realidad Jordania.
Nuestra meta era llegar a Petra, la atracción más popular en Jordania, pero quisimos hacerlo de a poquito, para que nuestra emoción fuera "in crescendo"'.
Así las cosas nos fuimos preparando, y con mapa en mano y asistidos por un chofer-guía, nos dimos a la aventura de recorrer los puntos mas visitados del País. Entre largas autopistas donde a cada lado se observaban áridos terrenos y escuchando música de beduinos en el auto -por aquello de ambientarnos- llegamos al Valle de Wadi Rum en Aqaba.
El escenario es impactante. En este lugar que prácticamente no ha tocado la mano del hombre, destaca el brillo de la piedra rosada, la que con el reflejo del sol y bajo un cielo azul, hacía un contraste de colores sin igual, todo en un entorno de dunas de arenas suaves, perfectas para lanzarse y rodar hasta el punto más bajo.
Optamos por un safari a bordo de un "todo terreno"', conducido a toda velocidad por un chofer beduino. El tiempo conspiró a nuestro favor, pues tuvimos la oportunidad de observar el atardecer desde el punto más alto de una montaña, estratégicamente localizada por nuestro guía. Al regreso pernoctamos en el campamento "Bait Ali"', donde descansamos en cabañas instaladas en pleno desierto.
Al día siguiente nos levantamos temprano y luego de un nutritivo desayuno, emprendimos viaje nuevamente, esta vez para visitar Petra. La ansiedad nos embargó. Nuestras caras lo decían todo. Visitaríamos un lugar construido por los árabes-nómadas conocidos como Nabetanos, que poblaron Jordania hace más de 2,000 años. La antigua ciudad de Petra fue re descubierta en el 1812 por el viajero suizo Johan Ludwig Burckhardt, quien logró burlar la vigilancia del lugar disfrazado de árabe.
Para llegar a la ciudad, se atraviesa por el "Siq", un angosto y elevado pasadizo natural en piedra, que se va abriendo hasta que el visitante llega al magnífico Tesoro o "Treasury". A cada lado del pasillo vimos nichos donde yacían los bustos de reyes o emperadores. Imperceptiblemente una vez concluye el pasadizo, se llega al "Treasury" y ya no importa más.
Este lugar que en árabe se llama "Al Khazna'' es el monumento más...
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