Las seducciones de Picky

Por Fernando Ribas Reyes

fribas@elnuevodia.com

Entonces Soto dijo que haría un último sacrificio al jugar en el distante país y dejar a su familia en Puerto Rico.

Por sacrificio, Soto quiere decir: firmar un buen contrato que de alguna manera compense la ausencia de su familia.

Recientemente, Soto ha firmado contratos que ascienden a $ 450,000.

Naturalmente, ya Soto regresó de Corea y no parece haber logrado su objetivo.

"Ahora mismo estoy con el dilema de nuevo. No es por lo económico. Es por la familia", dijo el padre de familia.

En Corea, Soto hizo su décima temporada en el exterior.

Comenzó en Arabia Saudita en la temporada 2000-01, justo después de graduarse de la Universidad de Indiana en Fort Wayne, de la que es miembro del Salón de la Fama (2006).

Más o menos a mitad de su carrera en el exterior, cuando comenzaron a llegar buenos contratos para el jugador, Soto comenzó a formar una familia y a sentir los sacrificios.

En Corea, por ejemplo, los tweets de Soto mostraban cuánto extrañaba su casa.

"Estaba encerrado todo el tiempo. Lo que uno hacía era practicar y dormir. Llegué a un punto en que pensaba que estaba deprimido porque lo que quería era dormir. Pero era el aburrimiento. Y qué mejor que pasar el tiempo con los ojos cerrados", dijo Soto, quien agregó que no viajó a Corea con su familia por no sacar a su hija Camila de la escuela.

Pero a punto de cumplir 33 años y productivo en cancha, Soto puede repensar las cosas.

"Tengo muchas amistades que me lavan el cerebro, que me dicen que estoy joven, que me puedo seguir ganando dinero, que por qué no hacerlo. Y estoy en el dilema de irme o no irme", dijo.

Recientemente...

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