Piden atender el racismo

WASHINGTON.- La ola de protestas en Estados Unidos por la muerte de George Floyd a manos de la Policía de Minneapolis es un grito urgente contra el racismo que no difuminarán la mano dura ni los disturbios, han advertido grupos pro derechos civiles."La violencia del Estado engendra la violencia en las calles", indicó Juan Cartagena, puertorriqueño que preside Latino Justice, la organización que por décadas -antes bajo el nombre del Fondo Puertorriqueño para la Educación y la Defensa Legal- ha velado en Estados Unidos por los derechos civiles de la diáspora boricua.Durante la última semana, el coraje e indignación por el asesinato de Floyd han generado multitudinarias protestas pacíficas alrededor de Estados Unidos que al caer la noche incluyeron saqueos y violencia.Se consideran las protestas y disturbios más generalizadas en Estados Unidos desde 1968. Por lo menos, seis personas han muerto y los mismos alrededores de la Casa Blanca han quedado bajo control militar y policial.En al menos una docena ciudades se han impuesto toques de queda.Pero, la retórica del presidente Donald Trump -quien amenaza con lanzar a la calle militares activos de las Fuerzas Armadas si los gobernadores no utilizan al máximo la Guardia Nacional- ha echado leña al fuego.Ante la retórica de Trump, se requerirán garantías de las autoridades locales de que hay voluntad y transparencia para hacerle justicia a Floyd y evitar que continúen los casos de brutalidad policial, dijo Cartagena."Nadie puede depender (de Trump)", sostuvo Cartagena, al resaltar que ha habido mucha respuesta "excesiva" de la Policía, como en Nueva York y Atlanta (Georgia), y que no se puede exigir moderación a los manifestantes.El líder de Latino Justice sostuvo que la brutalidad policial es un asunto que ha vivido en carne propia la comunidad boricua e hispana en Estados Unidos, como también los puertorriqueños de la isla.Cartagena comparó el incidente que causó la muerte de Floyd con los casos del puertorriqueño Anthony Báez y de Eric Gardner, que también murieron asfixiados en Nueva York a manos de policías.Báez falleció en diciembre de 1994 luego que un policía lo apretó por el cuello, molesto porque la bola de fútbol con la cual jugaba con su hermano impactó el automóvil policial.Gardner, en hechos ocurridos en julio de 2014, también murió asfixiado por un policía luego de una intervención por otro incidente de poca monta: estar vendiendo cigarrillos individuales de paquetes sin autorización...

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