En la piel, una esperanza real contra el Alzheimer

Por Irving E. Vega, Ph.D.

Especial para El Nuevo Día

Entre los síntomas asociados a esta enfermedad se encuentran: dificultad o pérdida de la memoria, dificultad para tomar decisiones, desorientación, dificultad al hablar, comprender, leer o escribir, perdida de interés en realizar tareas cotidianas, aislamiento, perdida de sueño, depresión, entre otros. Todos estos síntomas empeoran según progresa la enfermedad, postrando al paciente en cama hasta su muerte.

Los tratamientos más recetados (Aricept y Namenda) a los pacientes de Alzheimer tienen la capacidad de retardar la presentación de síntomas asociados con la enfermedad, ofreciendo una mejor calidad de vida al paciente y su cuidador primario.

Investigadores alrededor del mundo continúan estudiando los procesos patológicos asociados al Alzheimer en busca de mejores herramientas diagnósticas y de tratamiento.

Sin embargo, al momento no existe una cura contra esta terrible enfermedad.

Detener la pérdida de las células del cerebro, conocidas como neuronas, o reemplazarlas en pacientes de Alzheimer representan algunas posibles curas para este tipo de demencia.

Hasta hace unos cuantos días, esta posibilidad resultaba ser sólo producto de la imaginación del científico y la esperanza de los millones de pacientes y familiares tocados por el látigo del Alzheimer.

Los científicos -a través del don de la perseverancia- y la ciencia vuelven a servir de instrumento para convertir la esperanza en realidad.

Un grupo de investigadores, bajo la dirección del Dr. Asa Abeliovich de la Universidad de Columbia en Nueva York, transformaron células de la piel en neuronas funcionales, utilizando manipulaciones moleculares.

Las nuevas neuronas-inducidas expresaron proteínas específicas y adquirieron la morfología característica de las neuronas.

Importante: estas neuronas-inducidas pueden llevar a cabo actividades intrínsecas de una neurona, como lo es la transmisión de señales nerviosas, por lo que la transformación lograda no solo es morfológica sino funcional.

Los investigadores sometieron estas neuronas-inducidas a la prueba mayor de funcionalidad, implantándolas en el cerebro de embriones de ratón.

Una vez nacidos los ratoncitos, los científicos demostraron que las células implantadas establecieron conexiones nerviosas funcionales y se integraron efectivamente al sistema nervioso del ratón.

Este resultado demuestra, por...

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