El pincel de Ana Sofía pinta sanación
Las experiencias que trajo cada estudiante al salón de clases, después del embate del huracán María, eran diversas pero parecidas. Cada cual había sufrido en mayor o menor grado los efectos del ciclón, pero todos tenían la necesidad de expresar sus emociones dentro del proceso sanador que compartían.
Por eso, a la profesora Maite González, que imparte el curso de Diseño y Teoría del Color en la Universidad del Sagrado Corazón (USC), no le resultó difícil crear una manera de transformar las experiencias de los universitarios en un desahogo.
“Cada cual estaba sufriendo cosas individuales; la mayoría no tenía luz. Queríamos hacer una especie de catarsis, que se motivaran”, explicó González.
Tras retomar las clases el mes anterior, la profesora lanzó en noviembre la convocatoria. Se trataba de un concurso para que los estudiantes plasmaran en un dibujo su proceso de sanación, y que incluyeran a la comunidad. Diez estudiantes presentaron su propuesta artística. Y la ganadora, seleccionada por un jurado compuesto por profesores, resultó ser Ana Sofía Koerhuis Alfaro, estudiante de cuarto año del programa de Artes Visuales.
“El contrapeso que todos cargamos” es el nombre con que la universitaria de 22 años tituló su obra.
Su dibujo, explicó la universitaria, plasmaba las dos caras del huracán María, la devastación inmediata tras el fenómeno y la solidaridad del pueblo en la reconstrucción de la isla.
“Después del huracán, todo el mundo estaba preocupado, limpiando escombros y la destrucción en sus casas. En mi urbanización, todos los vecinos se unieron, algunos hablándonos y conociéndonos por primera vez”, recordó Koerhuis Alfaro.
La unidad fue tal, contó, que los vecinos levantaron un árbol en el centro de la urbanización que el huracán había tumbado.
“Ya el árbol está de pié y hasta echando hojitas”, dijo ilusionada.
Explicó que ese fue el sentimiento que quiso plasmar en su obra ganadora.
“De una crisis bien desastrosa, nació ese momento de universalidad, de ayudarnos unos a otros, de conocernos o volvernos a hablar. Eso es Puerto Rico”, resaltó.
Por eso, explicó, la primera mitad de su obra está compuesta por colores fríos (violetas y azules) y la otra mitad de colores brillantes (verde, amarillo, rojo).
Tras escoger el dibujo ganador, González explicó que la convocatoria tomó un segundo giro: recrear el gráfico en un mural.
“Es parte del trabajo que estamos haciendo, restaurar a nuestro barrio”, indicó la...
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