Pionero en la batalla contra el dopaje

La primera vez que Enrique Amy se enfrentó a una lesión deportiva era un joven que hacía su residencia como estudiante de Medicina de la Universidad de Pittsburgh.En ese período, estuvo destacado con los equipos de hockey y fútbol americano de esa universidad para atender lesiones orofaciales de los jugadores."Dientes volando, fracturas, lesiones, traumas...", recordó Amy.Poco se imaginaba Amy, en ese momento, que esa experiencia le serviría, más adelante, para unirse como voluntario del equipo médico de los Juegos Panamericanos de 1979 que se celebraron en San Juan, y para comenzar a colaborar con el Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur) en 1980 hasta convertirse en director médico de esa institución deportiva y jefe de la Organización Nacional Antidopaje (NADO, por sus siglas en inglés) desde su fundación en 1999.Como jefe de la NADO, Amy se convirtió en uno de los rostros más prominentes en Puerto Rico en la lucha contra el dopaje en el deporte de alto rendimiento. Su trayectoria lo ha llevado también a unirse a esfuerzos internacionales, especialmente en la región centroamericana y del Caribe.Veinte años después, con cientos de experiencias, viajes y anécdotas en el resumé, el doctor Amy ha decidido renunciar a la dirección de la NADO. Sus múltiples compromisos profesionales con el Centro de Salud Deportiva y Ciencias del Ejercicio, el Copur, la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe) y con Panam Sports -ente que organiza los Juegos Panamericanos- le imposibilitan ejercer sus funciones en esa oficina a cabalidad. Ha sido una decisión pensada, pero que todavía le causa preocupación porque teme lo que pueda pasar con esa agencia tan importante para proteger la integridad del deporte puertorriqueño.Con la sinceridad que lo caracteriza, el periodoncista ponceño compartió sus vivencias con El Nuevo Día durante una entrevista en su oficina médica en la calle Concordia, de Ponce.¿Cuál fue su primera experiencia en un evento multideportivo?—Cuando yo regreso a Puerto Rico de mis estudios en Estados Unidos, me fui a dar clases a la Escuela de Odontología y cuando vienen los Panamericanos de 1979, me llaman. "¿Tú tienes experiencia de deportes?", me preguntan. Yo les dije: "Sí, ¿qué pasó?". Ahí, me dijeron que necesitaban dentistas en el equipo médico de los Juegos y me preguntaron si quería ir. Yo les dije que sí. Cuando voy, comienzo a ver cómo es esto. Y tuve encuentros trascendentales, como uno buena gente con Bobby...

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