¡Piratas y canguros!

Por Carlos Rosa Rosa

crosa@elnuevodia.com

"Shawn parece más surfer que yo", soltó Kevin Lisch, señalando a su compañero rubio y de ojos claros en un complejo de apartamentos aledaño a la Villa Pesquera de este pueblo norteño.

"No tengo nada de surfer", rispostó Redhage, de 6'8" de estatura. "Nací en medio de las fincas de maíz en Nebraska", agregó con una sonrisa.

Redhage y Lisch son dos de los tres jugadores refuerzos de los Piratas de Quebradillas en esta temporada del Baloncesto Superior Nacional (BSN). Han sido parte esencial en el éxito de los corsarios que luchan el título con los Leones de Ponce en la Serie Final.

Tradicionalmente, los canasteros invitados vienen de distintas competencias del mundo y se juntan en una de las franquicias del torneo local por primera vez. No es el caso de ellos.

Redhage y Lisch llevan casi un 'matrimonio'. Han estado juntos por los últimos 11 meses. Vienen de jugar en la Liga de Australia en el mismo club: Perth Wildcats. Allá han sido compañeros de equipo por los últimos cuatro años, logrando un campeonato en el 2010 y un subcampeonato en el pasado torneo.

"Creo que nos conocemos bastante bien... es muy divertido jugar con él", dijo Redhage, de 32 años.

Redhage ya es conocido en la Isla, cuando atraviesa su cuarta temporada en el torneo, la tercera con los Piratas. Está de vuelta en el certamen, luego de dos años de ausencia debido a una seria lesión en una cadera.

Lisch fue recomendado por Redhage y está debutando en la liga. Y lo ha hecho magistralmente, siendo uno de los responsables de la aparición del quinteto en el clásico final. En la fase regular promedió 16.5 puntos y 5.3 asistencias por juego, estableciendo el juego ofensivo de los Piratas. Y en los playoffs también ha sido consistente.

Lisch había escuchado algunas historias sobre la liga. Redhage le habló del furor de los fanáticos y del nivel de la competencia. Redhage no mintió, dijo Lisch. Él está fascinado con la experiencia.

"Ha sido increíble. La fanaticada es muy apasionada, quizás, más que en Australia. La sangre latina es caliente", dijo entre risas. "En el quinto juego (de la semifinal) ante Guayama, aquello era una locura. Fue muy divertido", señaló Lisch. "Y la competencia es muy buena. Ya Shawn me había contado unas cosas y he visto que hay jugadores muy atléticos y excelentes tiradores. Es una liga dura", reconoció.

Y al igual que otros importados, ambos consideran que la liga local es un paraíso para jugar. "En Australia...

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