Una piscina muy honda

Por Sergio Ramírez

"La Piscina" es una novela de infancia que un adulto escribe con mano calculada para evadir el riesgo de las emociones, y el San Juan de los años cincuenta, que son los del estreno del estatus de estado libre asociado para Puerto Rico, es una ciudad tan desolada como sus personajes, que mantiene sus colores mortecinos mientras cambia el paisaje: del rural, al provinciano, al urbano incipiente, porque es en el medio siglo cuando las ciudades caribeñas se hacen, abriéndose a la modernidad dudosa.

El niño Edgard anda por ese paisaje, alzando esos telones, dividido entre los afectos y los desafectos, el padre con su estigma de mulato despreciado por la familia de la madre, herederos de ese pequeño orgullo de casta de la provincia, los blanquitos, los blanqueados, y en medio el abismo imposible de flanquear. Edgard vivirá con un pie en cada borde de ese abismo.

La novela está escrita en una prosa siempre acerada. Memoria e invención van tan juntas en la novela, que no pueden verse las costuras de la escritura, y cuánto me seduce esa crónica de la noche del campeonato de la serie de béisbol del Caribe en ese...

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