Plaga de excusas

Nanny Torres

Representante del Lector

Es como una enfermedad, un síndrome de adulterar la realidad, que la sufre no solo el asesino, sino los familiares, amigos, colegas, vecinos, patronos, los medios y los que reportan.

Por lo general, el asesino es el "mejor ser humano sobre la tierra". Más proveedor que él, nadie. Más padre que él, nadie. Se desborda la familia y la comunidad en elogios para el verdugo que mató a su esposa o disparó contra sus hijas -como la tragedia acontecida hace unos días-. ¿Y los medios? Reportando cada frase de fuentes vecinales que terminan por culpabilizar a la víctima y justificar al asesino. Un tratamiento informativo que sigue suscitando controversia y malestar. Veamos.

"Satanás fue el que llegó a destruir esta familia. No asistían a la iglesia. Donde no está Dios, está el Diablo, quien viene a destruir y a matar". "Él era un tipo humilde y servicial, pero le hablaba malo, y ellos, aunque vivían en el mismo techo, llevaban un año sin ser pareja".

"A ese se le metió lo malo, el demonio. Una voz le habló y le dijo que la matara". "Es que estaba enfermo y ella lo iba a dejar". "Imagínate, él pensando qué iba a pasar con las nenas".

"Ese hombre le daba todo a ella, pero ella no lo valoraba". "Se fue a trabajar y cambió". "Ese hombre tuvo un mal día en el trabajo y llegó a la casa y ella sin tener la cena lista, viendo televisión se la pasaba".

"Él le gritaba y le pegaba, pero esas son cosas entre hombre y mujer y uno no se debe meter".

Sobran las excusas que justifican vejaciones, humillaciones y crímenes. Para subsanar esta falta de propiedad, se requiere sensibilidad y tener clara la función del medio que no es otra que visibilizar...

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