Planchar un huevo o freír una corbata

ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN

ESCRITOR Y PERIODISTA

Aquí los hay.

En esta política puertorriqueña de nuestros tiempos, tales hombres, tan ansiosos en su ambición personal por alcanzar poder, incluso sienten placer excelso en promover, si no en invitar, el desastre y la ruina. Aunque sea el desastre y la ruina del pueblo que ambicionan dirigir. Para ellos la meta es, al costo que sea, el poder, poder que, de obtenerlo, tendría -a juzgar por lo que observamos en su cotidianidad política- una sola motivación: la de ser, no la de hacer.

Pongamos por caso la intimidante carta que, como parte de su lucha interna por presidir la Cámara de Representantes de ganar las próximas elecciones el Partido Popular, el representante Jaime Perelló circuló a las compañías que pugnaban por constituir la alianza publico-privada que administrará el aeropuerto internacional de Isla Verde, intentando detener la iniciativa del Gobierno. Iniciativa que constituye un gran negocio para Puerto Rico, especialmente en momentos de crisis económica y fiscal. Con la carta, Perelló quiso demostrar sus supuestos quilates de líder. (En esa ambición por la presidencia de la cámara baja, el representante Perelló debería tomar nota de que antes de comer chicharrón hay que matar el puerco. Otras muchas veces, aspirantes como él a presidir un cuerpo legislativo, se han quedado sin el puerco y sin el chicharrón).

Pero a lo que voy. Podemos estipular que es de larga data la mediocridad en nuestro debate político como sustituta del choque de ideas; la cantaleta demagógica en sustitución de la coherencia e inteligencia en el discurso público, y la ficción tantas veces desaforada con el propósito de asesinar el carácter del contrario, por sobre el dato real y la información correcta.

Estipulado lo anterior lo que no debería ocurrir, y de ocurrir, no debería dejarse pasar inadvertido, como ha sido el caso de la carta, es cuando el frío cálculo de la política es susceptible de arruinar una iniciativa de gobierno que es buena para el pueblo, como lo aseguran los que saben.

El brutal ataque a una iniciativa...

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