Poca la resistencia a la vacuna

La demanda por la vacuna contra el COVID-19 en Puerto Rico sigue siendo más alta que la cantidad de dosis disponibles, y casi no hay resistencia a inocularse entre la ciudadanía en la isla, según la experiencia de entidades y profesionales que han participado en el proceso."Después que oí todos los beneficios que había, decidí vacunarme. Esta pandemia, esto está bien feo. Yo tengo mi esposo encamado, tengo que cuidarlo también. Tengo que protegerme yo y protegerlo a él", relató Esther Rivera, de 78 años, a El Nuevo Día, luego de recibir la vacuna en el Centro Cultural Yolanda Guerrero, en Guaynabo, donde la Coalición de Vacunación VOCES lideraba un evento como parte del llamado VacuTour, en coordinación con el Departamento de Salud.Allí, se administrarían ayer 700 segundas dosis y 200 primeras dosis.Entre las decenas de adultos mayores que esperaban su turno, estaba Ana Celia Rodríguez, de 65 años. La mujer sostuvo que nunca dudó de acudir a vacunarse. "Todo el tiempo me sentí segura", apuntó.También, envió un mensaje a quienes pudieran estar dudosos de si acuden o no a vacunarse. "No lo piensen dos veces, hay que pensar no solo en nosotros, sino en las otras personas", aseveró.Hay una minoría, no obstante, que ha mostrado sus reservas. "El viernes pasado, tuve la oportunidad de dialogar con una dama que no quería vacunarse, una muchacha joven. Me tomó por sorpresa. Ella dice que es un factor religioso, pero cuando me siento a dialogar con ella, no hay base científica para yo sostener su opinión", contó Lilliam Rodríguez, la principal oficial ejecutiva de VOCES, mientras reiteraba su llamado a las personas a vacunarse en beneficio del colectivo. "No nos vacunamos solo por nosotros", planteó.El doctor Víctor Ramos, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, indicó, por su parte, que, aunque existe un movimiento antivacuna que va más allá del fármaco contra el coronavirus, "el movimiento no tiene la penetración en Puerto Rico que tiene en Estados Unidos". El argumento principal de estos grupos, dijo, son alegados efectos secundarios."La realidad es que (la vacuna contra el COVID-19) ha demostrado ser ampliamente segura. La mayoría de la gente quiere vacunarse", aseguró.Ramos también relató que personas le han planteado argumentos sin base científica. "Alguien me dijo ‘estas vacunas están diseñadas para que todo el mundo se enferme y se muera’, mirándome a la cara seriamente. Hay quien se cree esas cosas", contó el médico, e hizo un llamado...

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