El poder de la ética

Por Mildred Rivera Marrero

mrivera1@elnuevodia.com

En el ámbito privado, estudió filosofía en contra de los deseos de su padre de que siguiera sus pasos y se convirtiera en reverendo, y no cree en la oración. Pero Leonides Santos y Vargas es un hombre de una profunda fe.

Esa fe lo mueve a promover el estudio y aplicación de los valores y la ética en diversos ámbitos de la sociedad desde el Instituto Hostosiano de Bioética, una entidad a la que le puso nombre mucho antes de que le aprobaran fondos para crearlo en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Cree que la ética mejoraría la calidad de vida del País.

Es esa fe la que lo mueve a apostar a que los políticos y funcionarios tomarían mejores decisiones si existiera una comisión bioética permanente e independiente que los asesorara en asuntos como la construcción del gasoducto, la extensión de la protección de las leyes a los homosexuales o la forma de ofrecer los servicios de salud.

Y esa fe es la que lo mantiene en pie desde que en el 2002 le diagnosticaron un agresivo cáncer de próstata que lo llevó al quirófano, que lo mantuvo en tratamiento varios años más tarde y que, desde el año pasado, ha resurgido en otras partes de su cuerpo, por lo cual recibe quimioterapia.

¿El secreto del éxito de su lucha contra el cáncer? Apostar a la vida, seguir trabajando, ser disciplinado con el tratamiento médico e integrar opciones de la medicina alternativa como la musicoterapia y la risoterapia, con la cual ha colaborado el gran sentido del humor de sus nueve hermanos, de los cuales es el mayor.

Lo cuenta con ese tono circunspecto que lo caracteriza al hablar, que se tornó emotivo cuando habló de sus hijos y del agradecimiento que le profesan los pacientes a su hija menor, María Teresa, quien es cirujana bariátrica.

Lo de disciplinado no es nuevo. El estudioso de 71 años y medio estudió bachillerato, maestría y doctorado en filosofía y una maestría en educación. Su desempeño lo llevó a ser profesor y decano en diversas áreas de la UPR. Después de un periodo intermedio en el que trabajó en varias universidades privadas como decano y rector, regresó a la UPR, para laborar como decano de Colegio de Profesiones Relacionadas con la Salud. Posteriormente fundó y dirigió el Instituto Hostosiano de Bioética. Desde que se enamoró de la bioética, a mediados de los 80, ha destacado no solo en Puerto Rico sino en organizaciones como la Red Latinoamericana y del Caribe de Bioética auspiciada por la UNESCO a la cual pertenece.

Precisamente, ayer culminó el...

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