Policías

Miguel Rodríguez Casellas

A mi viejo se le podía detectar el ánimo de esa noche según sus niveles de tolerancia hacia Kojak. Yo ahora lo entiendo, batallar contra una banca delincuente, que ya innovaba esquemas de corrupción en los setenta, no pedía culminar una jornada de trabajo con pillos y policías en clave realista. Mejor era "Hawaii 5-0", que hacía ver la cacería policial como una colorida vacación.

El adolescente se sintonizó al empaque de los intrépidos agentes. Los pantalones de Estrada, o las piernas de Angie Dickinson bajando las escaleras junto a un ramillete de pestañas postizas llamaban la atención. Mi mente sana de entonces no registraba las similitudes estilísticas entre estos paladines del orden y el "porn" setentoso, ésas cosas las aprendería después.

Los ochenta trajeron otro tipo de policía. Eran más bobitos, a lo "Police Academy", o sencillamente incompetentes, al punto de que los detectives privados y los locos "vigilantes" eran la opción más efectiva contra los criminales. Presumo que el Reagan antigobierno dictaba pautas en Hollywood.

El universo tardo-noventoso y neomilenarista presenta dos rutas opuestas en la representación policial. Están los...

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