Ponga a dieta el bolsillo

Por Marie Custodio Collazo

mcustodio@elnuevodia.com

Ya sea para poner en forma el bolsillo o la cintura, no basta con saber lo que tiene que hacer y tener la intención de poner en vigor las medidas correctivas, mientras no haya acción no bajarán las deudas ni las libras. Además, a diferencia de otros vicios, el dinero y la comida no se pueden evitar del todo.

No hay un modelo que aplique a todos por igual, en especial en tiempos en que la dieta financiera se hace más por necesidad que por motivación propia, por lo tanto, lo principal es ser honesto sobre las razones para el desorden financiero. Para la mayoría de la gente, el problema está en los pequeños gastos que se siguen acumulando hasta que sobregiran la cuenta; pero también están los que compran para subirse el ánimo y los que gastan por agradar a los demás.

Al igual que alguien que está sobrepeso, el que está en aprietos económicos sabe por qué está en una situación apretada, aunque insista en decir que desconoce por qué el dinero no le da y echarles la culpa a situaciones o a otras personas.

Nadie dice que sea fácil establecer una disciplina financiera o alimenticia, de hecho, cambiar hábitos siempre será difícil, pero no se puede perder de vista que son ajustes necesarios para lograr el máximo bienestar.

  1. Decídase a hacer un cambio

    Para algunas personas es el consejo de un amigo o familiar y para otros una revelación propia lo que los lleva a aceptar que necesitan hacer algo para organizar sus finanzas. No deje pasar el momento y aproveche para analizar cuáles son sus puntos débiles y qué le gustaría lograr. Piense en cuáles son sus metas y qué necesitará para lograrlas. No tiene que sabérselas todas, si tiene dudas de cómo comenzar, considere buscar ayuda de un experto que pueda orientarle por la ruta correcta, lea libros, tome un curso. Haga lo que entienda necesario para empezar con el pie correcto esta nueva etapa de su vida.

  2. Haga modificaciones que sean sostenibles

    Uno de los consejos más atinados en esto de las dietas es trazarse metas realistas y que pueda sostener. Someterse a un plan de privación total podría tener el efecto contrario, si luego de un par de semanas de no comprar ni un chicle no aguanta más y se gasta $ 200 en el centro comercial. Tampoco se trata de que los cambios sean tan mínimos que apenas hagan diferencia porque podría frustrarse si no ve resultados pronto. Podría comenzar, por ejemplo, limitando las comidas afuera y cocinando más en la casa; con...

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