Pop corn

Norma Borges

No soy experta. Sólo una mortal más que asume de buen agrado el cine y esa noche -que este año será la del próximo 26-, seguro vestirá el mumu de bayeta, inclinará la butaca y enfocará en el proceso de ver, en primera fila, cómo estos artistas pasan de la gloria al infierno en un pispás.

Aquí el tema no es la calidad, que por algo se les ha escogido para pasar semejante trago. Es que tiene algo de morbo eso de ver cómo el sistema de premiación -sea Hollywood, Bollywood, Goya o Cebolla- tortura al creador.

¿Será que no puedan inventarse otra forma de celebrar un buen trabajo? Bueno, "que el haber sido nominado es suficiente". Además de buenos, valientes.

Yo, por ejemplo, conociendo que Meryl Streep y Glenn Close están en competencia en la categoría de mejor actriz, llamo y me excuso: "Aló. Mira, es que no puedo llegar, caray. Estoy en pre-producción aquí en el desierto de Jordania y no. No llego".

Bien hace Woody Allen, que no se expone. Siempre tiene algo que hacer en un su antro de Nueva York. Pero aunque no me siento capacitada para predecir, pero su "Midnight in Paris" es lo...

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