El príncipe de la complejidad

Por Tatiana Pérez Rivera

tperez@elnuevodia.com

Dos décadas han pasado desde que falleció a los 54 años en París como consecuencia de su padecimiento de Sida. Más allá de que sus fanáticos veneren una figura que en su momento brilló a su antojo, Nureyev aportó a las estrictas reglas del ballet clásico y forzó que se repensara la figura -y la valía en escena- del bailarín. Más simple, cambió el ballet a largo plazo.

Desconocía el tacto, era extremadamente perfeccionista y aprendió el inglés mientras estaba de gira. Biógrafos reseñan que el artista se preciaba de su "acercamiento carnívoro al conocimiento".

"Él lo cambió todo. Era bien poco lo que no podía hacer", señala Marcelo Gomes, bailarín brasileño que integra la compañía neoyorkina American Ballet Theatre, "lo que él empezó a hacer en los 60's hoy son coreografías estándar. Su legado está vivo y es tan maravilloso ver eso".

Gomes lo comprueba con hechos. "Todavía hoy, si vas a hacer una coreografía de, por ejemplo, El Cascanueces o La bella durmiente, quieres ver una grabación de cómo la bailó Nureyev. La precisión de sus pasos, los movimientos difíciles de lograr, todo es bien inspirador", propone el brasileño.

José Rodríguez, primer bailarín de Balleteatro Nacional de Puerto Rico, aseveró que la "impecable técnica" de Nureyev cambió las exigencias de un estilo de baile que por definición no acepta muchos cambios en aras de mantenerse intacto.

"Estaba muy evolucionado", comenta Rodríguez, "el ballet ha ido cambiando en su aspecto técnico, antes los brazos no iban tan alargados y al pasar de los años las líneas han ido variando, las cosas se ponen más demandantes. No es hacer dos piruetas es hacer 15 ó 16. Él hacía todas esas cosas, era fuera de este mundo".

Que Nureyev rompió moldes está claro. Que eso logró que el perseguidor se mantuviera atento a lo que un bailarín varón haría en escena es un hecho.

Carlos López, bailarín español que con frecuencia ha bailado en la Isla con Ballet Concierto, resaltó que el ruso fue pionero en la misión de cambiar percepciones. "Hizo ver que no solo servíamos para estar detrás de una bailarina y cargarla", dice López.

"Le dio importancia al hombre", subraya, "a las versiones que hizo para los hombres de Don Quijote o de La bella durmiente les puso unas variaciones, complicó todo de modo que el virtuosismo fuera mayor. El lenguaje de los pasos es muchísimo más amplio y más rápido de lo que se había hecho".

Agregó que hasta entonces los hombres...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR