En precario la recreación

La promoción de Puerto Rico como un destino de playas no guarda relación con la precariedad que exhiben los balnearios y centros vacacionales del Programa de Parques Nacionales, que suelen ser la opción recreativa y turística predilecta para locales y visitantes.Aunque es un mal conocido, alcanzó dimensiones mayores a raíz de los destrozos estructurales causados por el huracán María, en 2017, y los terremotos de este año. La pandemia de COVID-19 añadió nuevos retos de salud y seguridad.Parques Nacionales, adscrito al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), administra 10 balnearios, de los cuales ocho están abiertos: Boquerón en Cabo Rojo, Caña Gorda en Guánica, Cerro Gordo en Vega Alta, La Monserrate en Luquillo, Manuel "Nolo" Morales en Dorado, Punta Salinas en Toa Baja, Seven Seas en Fajardo y Sun Bay en Vieques.Los balnearios Punta Santiago, en Humacao, y Villas de Añasco están cerrados hasta nuevo aviso.Boquerón, Punta Santiago y Villas de Añasco albergan centros vacacionales, pero están cerrados, al igual que Lago Caonillas en Utuado y Monte del Estado en Maricao. Gerardo Hernández, secretario auxiliar del Programa de Parques Nacionales, confirmó que ninguno de los cinco centros vacacionales bajo su tutela tiene fecha de reapertura.Indicó, sin embargo, que tanto en los balnearios como en los centros vacacionales presuntamente se realizan o realizarán "mejoras" para que reanuden operaciones en un futuro no muy lejano."Estamos bien activos para comenzar a hacer las mejoras que necesitamos y ponerlos en operaciones", dijo Hernández sobre los balnearios. "Estamos dando unos esfuerzos bien grandes para, por lo menos, poner a operar los del área oeste", añadió sobre los centros vacacionales.A excepción de Punta Santiago, que permanece cerrado desde María, los otros centros vacacionales habían reanudado operaciones parcial o totalmente, pero clausuraron por la pandemia.Capacidad limitadaOficialmente, los ocho balnearios abiertos empezaron a recibir público el 17 de junio, tras tres meses cerrados debido al "lockdown" decretado por el gobierno para frenar el avance del COVID-19.Por instrucción ejecutiva, los balnearios operan a un 50% de capacidad. Los visitantes están obligados a mantener distanciamiento social y a seguir otras medidas de seguridad, como el uso de mascarillas. Pero lo que se vive a diario es muy diferente, aseguraron -por separado- dos salvavidas de Parques Nacionales, que hablaron bajo condición de anonimato...

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