El precio de la desigualdad

Por Joanisabel González

joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com

Instituciones como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), por mencionar algunas, han identificado la creciente brecha entre los ricos y los pobres -e incluso, la brecha entre los ricos y los megaricos- como un escollo a superar y han hecho un llamado a atender el tema.

La palabra desigualdad resuena entre estudiosos y políticos. La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) revivió el tema el año pasado y el presidente de la primera economía del mundo, Barack Obama, habló del tema en su reciente mensaje a esa nación. El asunto también cobra fuerza en las protestas del pasado viernes en Atenas; en Siria y Egipto. Y sobre todo, en la plaza Zuccotti en Nueva York, donde nació Occupy Wall Street.

La desigualdad, empero, no es asunto de cuánto más ganan los ricos o cuánto menos ganan los pobres y eso es lo que el Centro para la Nueva Economía (CNE) quiere decirle a Puerto Rico en su tercera conferencia económica, el próximo 17 de febrero.

"Aumentar la equidad es positivo para el capitalismo y no debe verse como una amenaza. Ese es el mito que queremos romper", dice el presidente del CNE, Miguel Soto-Class.

Según Nuria Ortiz, directora ejecutiva asociada para el CNE, antes de la crisis, se entendía que la desigualdad se atendía con crecimiento. A mayor producción, más ingresos y, por ende, se entendía que la condición de vida de las personas mejoraba.

Pero todo eso se fue por la borda con la crisis financiera, comenta por su parte, Sergio Marxuach, responsable de la unidad de Política Pública para el CNE.

Según Marxuach, "la resaca de la crisis" y la revelación de que el 20% de los estadounidenses poseen el 25% de la riqueza y el resto de la población tiene que distribuirse la diferencia, cambió la forma en que se habla desarrollo económico.

"Lo que se plantea ahora es que la desigualdad puede tener efectos más devastadores que la pobreza", subraya Marxuach.

Agrega que el tema cobra mayor importancia cuando se piensa en las millones de personas que han perdido sus hogares, mientras no ha habido consecuencias para los responsables de la crisis.

Según Harold Toro, a cargo de Investigación en el CNE, no atender la desigualdad termina por impedir el crecimiento. "En la medida en que la desigualdad revierte el crecimiento, estos temas tienen que verse entrelazados", subraya.

El...

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