La pregunta: '¿Malo conocido o bueno por conocer?'

Por Benjamín Torres Gotay

"Esa es la pregunta", dijo Fortuño, lo cual ha sido repetido a la saciedad por la propaganda del Partido Popular Democrático (PPD).

¿Cuál es, entonces, la pregunta que tienen que hacerse los ansiosos electores que, dentro de apenas nueve días estarán solos con su conciencia dentro de la calurosa caseta, lápiz en mano y papeleta en frente, para ese acto cumbre de la democracia que es marcar la foto de quien uno cree que mejor cuidará por el país? ¿Querrán continuar la ruta que lleva el país ahora, que es la misma, más o menos, que ha llevado por los pasados 44 años, o darán la sorpresa del siglo?

No hay que ser un genio para saber que, los que no han tomado una decisión aún, se debaten entre elegir por cuatro años más al gobernador Fortuño o darle una oportunidad al candidato popular Alejandro García Padilla.

Sin excepción, los candidatos de los cuatro partidos pequeños han demostrado que entienden a cabalidad los complejos problemas del país y que tienen ideas novedosas y nunca antes probadas para intentar resolverlos. Pero, a causa de la vinculación histórica, emocional y económica que tiene la inmensa mayoría de los electores con los dos partidos grandes, no es posible albergar ninguna esperanza de que, en este momento, en el futuro no se sabe, dejarán de ser partidos pequeños.

La pregunta, es, entonces, ¿Fortuño o García Padilla? Una buena manera de ilustrar el predicamento en que están los electores es recurriendo al viejo refrán de "es mejor malo conocido que bueno por conocer". Esto no quiere decir que el uno sea malo y el otro bueno. Es solo un refrán, pero un refrán que está bien presente en la mente de los electores a medida que siguen cayendo las hojas del almanaque y se acerca inexorable el crítico 6 de noviembre, sin que ni Fortuño ni García Padilla hayan podido convencerlos del todo.

Ya el país sabe lo que puede dar Fortuño. Sabe cuáles son sus fortalezas y cuáles son sus debilidades. Sabe cómo piensa y nada debería sorprenderle de lo que haga ahora o en el futuro. El cuatrienio ha sido bastante intenso y nos ha dado la oportunidad de verlo en todas sus facetas y desde todos los ángulos. El país sabe cuáles han sido sus aciertos y cuáles sus desaciertos.

Más importante aún quizás, sabe...

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