Presos de su vergüenza

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

La trama se enfoca en Brandon (Fassbender), quien de primera instancia parecería tener una vida perfecta, un trabajo exitoso, un apartamento lujoso en Manhattan y un físico lo suficientemente atractivo como para sacarle provecho diario a su soltería. Sin embargo, el guión no se interesa en la superficie y de entrada sumerge al espectador en la madeja de secretos que torturan emocionalmente al protagonista.

De la forma que Fassbender lo interpreta, Brandon es un hombre que no puede evitar dejar que su abismo interior lo consuma, algo que es exteriorizado con una adicción al sexo que no tiene límite.

El balance que el protagonista ha construido entre su vida profesional y las diferentes formas de llenar su vacío (prostitutas, pornografía, maratones de encuentros casuales en una noche) son destruidos por dos eventos particulares.

El primero se manifiesta con la llegada de su hermana menor (Mulligan), quien aparenta tener los mismos males emocionales que Brandon, lo único que su forma de dominarlos es evidentemente autodestructiva. El segundo evento que descarrila la vida de Brandon se da cuando decide salir con una de sus compañeras de trabajo y tiene la sorpresa de formar una verdadera conexión romántica.

En otra cinta ese sería el evento que empuja al protagonista hacia su salvación, pero los guionistas de Abi Morgan y Steve McQueen, también a cargo de la dirección, están interesados en algo más realista y visceral.

Ante la posibilidad de sentir algo y tener que desnudarse emocionalmente, Brandon opta por dejarse consumir por sus demonios interiores. Y en este momento, la actuación de Fassbender se eleva a un nivel inesperado. Durante todo el filme, el actor mantiene con sutileza el dolor que consume a su personaje, pero en la última sección logra que su sufrimiento sea tangible y abrumador, algo que el director explota en las secuencias finales, conectando directamente actos pornográficos con un dolor inquebrantable.

A pesar de tener menos tiempo en pantalla, Carey Mulligan logra igualar el trabajo de Fassbender. La actriz cuenta con una escena en la que canta 'New York, New York' y su interpretación fácilmente podría ser titulada 'Oda a una depresión'.

El poder de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR