Prevalece la esperanza de cara al futuro

Pese al pesimismo que ha lacerado el ánimo ciudadano antes y después del huracán María, más de la mitad de los participantes de La Encuesta de El Nuevo Día manifestó un mayor grado de esperanza en el futuro del país.

La más reciente edición de La Encuesta refleja la percepción ciudadana sobre el futuro de Puerto Rico. En esta, destacan cuatro elementos: la dependencia fiscal con Estados Unidos como base para la reconstrucción y la sobrevivencia, una ciudadanía más responsable frente a la amenaza de desastres naturales, la privatización de más servicios, y la imposibilidad de pagar una deuda que seguirá aumentando.

La Encuesta se llevó a cabo entre el 8 y el 12 de marzo de 2018, mediante entrevistas personales realizadas por toda la isla, casa a casa, con una muestra representativa de 1,000 participantes elegibles para votar y que tienen 18 años o más. De estos, 892 dijeron que están inscritos para votar. Este tipo de encuesta genera un “error de muestreo” de más o menos 3.1%.

A los participantes se les pidió que pensaran en Puerto Rico en los próximos nueve meses y dijeran cuán esperanzados o no, se sentían con la idea de que las cosas en general van a mejorar. El 56% afirmó sentir “mucha”, con un 18%, o “alguna” esperanza, con un 38%, de que el país va a presentar una mejoría. Mientras que el 42% dijo sentir “poca”, con un 32%, o “ninguna” esperanza, con un 10%.

La expectativa de ver cambios favorables domina entre hombres y mujeres, en todos los grupos de edad y áreas geográficas, incluso entre quienes se vieron afectados por el huracán María.

El nivel de esperanza sobre un mejor Puerto Rico es aún mayor cuando se proyecta hacia los próximos dos o tres años. En ese escenario, 68% de los participantes sienten “mucha” o “alguna” esperanza de que las cosas irán mejorando en ese período, comparado con el 30% que siente “poca” o “ninguna” esperanza de que así suceda.

En cuanto a aspectos específicos de la vida cotidiana, a los entrevistados los dominó la poca o falta de esperanza por un margen estadístico en dos renglones principales. De los participantes, 59% considera que no disminuirán los niveles de crimen y violencia, y 52% entiende que no mejorará la seguridad en los lugares que frecuenta.

Además, casi la mitad reflejó poca esperanza o ninguna esperanza en la solidez y el desempeño de la economía, la disponibilidad de vivienda a precio razonable, la estabilidad del sistema de energía eléctrica, la creación de nuevos empleos y la calidad...

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